Falsos rumores sobre microchips en vacunas
Una de las afirmaciones que circularon es que la pandemia es una excusa para implantar microchips rastreables. Twitter

La ola de rumores en redes sociales era de esperarse. La noticia de que una vacuna para el Covid-19 BNT162 elaborada por Pfizer y BioNTech mostró más de 90 % de eficacia, provocó una cadena de informaciones falsa en las redes sociales.

Parte de los rumores se centraron en el hecho de que la vacuna tiene como uno de sus diferenciales el estar basada en ARN. Pero también resurgieron otros.

El equipo de verificación de hechos BBC Reality Check ha examinado algunas de las afirmaciones falsas más compartidas: supuestos planes para colocar microchips en las personas mediante la inyección, el supuesto cambio en nuestro código genético y la seguridad general de las vacunas.

El nombre de Bill Gates fue ampliamente compartido en Twitter después de los anuncios de los resultados de las vacunas.

El multimillonario fundador de Microsoft ha sido objeto de muchos rumores falsos durante la pandemia. Se convirtió en un objetivo debido a su trabajo filantrópico en salud pública y desarrollo de vacunas.

Una de las afirmaciones más compartidas (que ha estado circulando desde principios de este año) es que la pandemia de coronavirus es una excusa para un plan de implantación de microchips rastreables en personas y que Gates está detrás de todo.

Los rumores surgieron en marzo, cuando Gates mencionó en una entrevista que en un futuro “tendremos unos certificados digitales” que se usarían para mostrar quién se recuperó, quién se hizo la prueba y, finalmente, quién recibió la vacuna. No mencionó microchips.

Esa respuesta dio lugar a un artículo ampliamente compartido, titulado: “Bill Gates utilizará implantes de microchip para combatir el coronavirus”.

El artículo se refiere a un estudio, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, sobre una tecnología que podría almacenar los registros de vacunas de alguien en una tinta especial administrada al mismo tiempo que una inyección.

Sin embargo, la tecnología no es un microchip y se parece más a un tatuaje invisible. Aún no se ha implementado, no permitiría rastrear a las personas y la información personal no se ingresaría en una base de datos, dijo Ana Jaklenec, científica involucrada en el estudio.