El juicio que arranca este martes contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad mexicano, causa nerviosismo en México y Estados Unidos.

“No tienen el caso ganado [en el Departamento de Justicia de Estados Unidos]”, asevera el abogado internacionalista Jaime Ortiz, especialista y consultor en temas jurídicos.

“A lo mejor tienen muchas evidencias, pero García Luna también trae su defensa a través de pruebas. Y si bien es cierto que las estadísticas muestran que cada vez que el Gobierno Federal [estadounidense] enjuicia a algún alto funcionario extranjero, tienen 90 % o más de ganar, en este caso no parecen estar suficientemente seguros”, añadió.

Según la defensa del acusado, el gobierno de EE. UU. no ha presentado ninguna prueba sobre las acusaciones que le imputan a García Luna; son tres cargos por conspiración para tráfico de cocaína con el Cártel de Sinaloa, por la que presuntamente recibió millones de dólares; y un cuarto cargo por asociación delictuosa con el mismo grupo.

También se le acusa de mentir en su proceso para la residencia estadounidense.

Para el abogado Ortiz llama la atención “que hayan tardado tanto tiempo en llevarlo a juicio, ya van tres años y apenas lo van a iniciar; lo cual para mí es un indicativo de que, al menos al inicio, las pruebas que tenían no eran lo suficientemente sólidas”.

Es decir, no se sostenían por sí mismas y los fiscales tuvieron que buscar más evidencia para enfrentar el juicio y necesitaban tiempo.

El 9 de diciembre se cumplió el plazo acordado para que la Fiscalía de Nueva York entregara a los abogados de García Luna la lista de las pruebas documentadas y testimoniales.

El juez Cogan se comprometió a darles a conocer la identidad de los testigos que estarán presentes, tres días antes de la primera audiencia. Se ha hablado de 15 testigos más uno denominado “testigo cooperante”.

Los fiscales presentarán a la defensa la identidad de este, 24 horas antes de la primera audiencia.