General Cienfuegos será investigado en México
El arresto del general no fue producto de una operación conjunta entre México y Estados Unidos. Twitter

Después de que se conoció de la detención de Salvador Cienfuegos, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), se dio a conocer en unos documentos de la corte del pasado octubre, los fiscales estadounidenses también se referían al exministro, como “El Padrino”.

Su pseudónimo mafioso reflejaba su posición en la cúspide de una pirámide que incluía a las Fuerzas Armadas, el gobierno mexicano y el “extremadamente violento” cártel de drogas H2, dicen los fiscales.

El general Cienfuegos fue acusado de usar su rango elevado para ofrecer una protección única al cártel, alertándoles sobre operaciones militares contra ellos y dirigiendo el ejército y sus recursos contra otros rivales.

También fue acusado de crímenes de narcotráfico más prosaicos: recibir sobornos de varios millones de dólares e introducir heroína, cocaína, metanfetamina y marihuana a Estados Unidos. El general negó todos los cargos.

“Pez gordo” en el agua

Cienfuegos era el militar de mayor rango que jamás se hubiese arrestado por narcotráfico.

Pero su arresto no fue producto de una operación conjunta entre México y Estados Unidos o una investigación común que involucrara agentes de uno y otro lado de la frontera.

Los oficiales de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) recelaban tanto de que se filtrara la operación, que el gobierno mexicano sólo se enteró cuando Cienfuegos, de 72 años, fue detenido al llegar a Los Ángeles con su familia.

Habían atrapado lo que se conoce como “un pez gordo”.

Sin embargo, los mismos oficiales de la DEA y del Departamento de Justicia dejaron que la que supuestamente es la mayor captura de sus carreras vuelva a nadar libremente en el agua.

Cuando pidieron a un juez federal en Nueva York que desestimara los cargos contra el general Cienfuegos, los fiscales estadounidenses citaron “consideraciones sensibles e importantes de política exterior” que, según dijeron, “superaron” el interés del gobierno en continuar con la acusación.

La jueza Carol Bagley Amon señaló que tener una figura tan notable con cargos tan graves era tener “un pájaro en mano”, pero finalmente concluyó que no tenía motivos para dudar de la “sinceridad” de la decisión del gobierno.

Así que en lugar de enfrentarse a una potencial larga sentencia en prisión en Estados Unidos, el general Cienfuegos fue devuelto a México como hombre libre.