Este domingo y por tercer día consecutivo, cientos de manifestantes salieron a marchar a las calles de Los Ángeles (L.A.) en contra de las redadas migratorias en esta ciudad.
Los asistentes se reunieron en la Plaza Mariachi en Boyle Heights y luego se dirigieron hacia el centro de L.A. Se les vio ondeando banderas de México, sosteniendo pancartas y hablando entre ellos.
Los manifestantes se dispersaron brevemente frente al Centro de Detención Metropolitano en el centro de L.A. después de que las autoridades desplegaran lo que parecía ser gas lacrimógeno; sin embargo, se unieron a una multitud que se reunió el domingo temprano afuera del edificio federal, que estaba custodiado por miembros de la Guardia Nacional.
Condena manifestaciones
El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, condenó las manifestaciones violentas en Los Ángeles de los últimos días contra las redadas masivas de migración, ordenadas por el presidente Donald Trump.
En sus redes sociales, el diplomático se refirió a dichas movilizaciones diciendo que “los manifestantes violentos en Los Ángeles no representan al pueblo mexicano”.
Subrayó el embajador que la gente de México “que conocemos y respetamos” es digna y trabajadora.
Por tanto, destacó que las acciones buscan proteger a “todas las comunidades” y reforzar el Estado de Derecho.
“México es nuestro socio y nuestras naciones están profundamente unidas”, resaltó Ronald Johnson.
Este domingo, Donald Trump culpó a “la izquierda radical” por presuntamente estar detrás de los disturbios, que iniciaron el pasado viernes 6 de junio.
“Estas protestas de la izquierda radical, por instigadores y a menudo alborotadores pagados, no serán toleradas. Además, a partir de ahora, no se permitirá el uso de máscaras en las protestas. ¿Qué tiene que ocultar esta gente y por qué? Una vez más, ¡Gracias a la Guardia Nacional por el trabajo bien hecho!”, mencionó el mandatario en Truth Social.
En otro posteo, lamentó que “una ciudad estadounidense que una vez fue una gran ciudad” fuera invadida y ocupada por “inmigrantes indocumentados y criminales”.
“Ahora, turbas violentas e insurrectas acosan y atacan a nuestros agentes federales para intentar detener nuestras operaciones de deportación”, condenó el presidente estadounidense.
Para combatir las redadas de protesta, anunció que instruyó a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem; al secretario de Defensa, Pete Hegseth; y a la fiscal General, Pam Bondi, a tomar medidas necesarias para “liberar Los Ángeles de la invasión migratoria”.
“Se restablecerá el orden, los inmigrantes indocumentados serán expulsados y Los Ángeles será libre. ¡Gracias por su atención a este asunto!”, expresó.