La captura, el comercio ilegal y los ritos conocidos como amarres de amor pueden costar hasta nueve años de cárcel y tres mil días de multa a quien ponga en riesgo, capture o asesine colibríes, advirtió la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

La dependencia recordó que esta especie se encuentra listada en la NOM-59 y en la Convención Internacional sobre el Tráfico de Especies Amenazadas (CITES), hecho por el que es importante continuar con su preservación y evitar actividades que atenten contra el bienestar de estas aves.

La estrecha relación que tienen estas aves con las plantas de las que se alimentan los hace susceptibles ante cualquier alteración en su hábitat, siendo la modificación, extracción ilegal, tráfico ilegal y destrucción de los ecosistemas los principales causantes del declive de las poblaciones de colibrí.

Por tal motivo, la dependencia insistió en que quien realice cualquier actividad con fines de tráfico, captura, transporte, posea o acopie ejemplares de colibrí, será acreedor a una pena de uno a nueve años de prisión y por el equivalente de trescientos a tres mil días multa.