Obispos y arzobispos de Michoacán se unieron y oficiaron una misa en la Catedral de Apatzingán, para pedir por la paz y por las víctimas de la violencia. Además, los líderes religiosos pidieron a los aspirantes a algún cargo de elección popular, a “no hacer alianzas con grupos criminales, alianzas de sangre”. La misa por la paz y por las víctimas de la violencia fue encabezada por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos; por el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García; el obispo de Lázaro Cárdenas, Armando Ortiz; por el obispo auxiliar de Zamora, Francisco Figueroa, y los obispos de otras provincias eclesiásticas y sacerdotes de las diversas diócesis. El anfitrión, Cristóbal Ascencio, agradeció la presencia de la congregación católica para pedir unidos por la paz y por las víctimas de la violencia en Michoacán y en el país. Agradeció la iniciativa que tuvieron los obispos por comenzar su encuentro anual con el objetivo “de promover la paz y la reconciliación y, al mismo tiempo, que oramos por la
Iglesia se pronuncia en contra de la violencia
Obispos y arzobispos de Michoacán se unieron y oficiaron una misa en la Catedral de Apatzingán, para pedir por la paz y por las víctimas de la violencia. Además, los líderes religiosos pidieron a los aspirantes a algún cargo de elección popular, a “no hacer alianzas con grupos criminales, alianzas de sangre”. La misa por la paz y por las víctimas de la violencia fue encabezada por el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos; por el obispo de Apatzingán, Cristóbal Ascencio García; el obispo de Lázaro Cárdenas, Armando Ortiz; por el obispo auxiliar de Zamora, Francisco Figueroa, y los obispos de otras provincias eclesiásticas y sacerdotes de las diversas diócesis. El anfitrión, Cristóbal Ascencio, agradeció la presencia de la congregación católica para pedir unidos por la paz y por las víctimas de la violencia en Michoacán y en el país. Agradeció la iniciativa que tuvieron los obispos por comenzar su encuentro anual con el objetivo “de promover la paz y la reconciliación y, al mismo tiempo, que oramos por la