Una parte fundamental de la economía en el país y sobre todo en la Ciudad de México, es la economía popular. Hace no mucho, particularmente en el contexto de la pandemia y las crisis que se vivieron alrededor de la economía, no solo a nivel ciudad o país, sino a nivel global, cobró gran relevancia reforzar a los sectores cuya economía se desarrolla en la base de la sociedad.
Se visibilizó la importancia de la economía popular en la generación de empleo y del crecimiento económico. Dicho sea de paso, la economía mexicana es una de las más resilientes.
Tianguistas, locatarios, comerciantes, comercializadores de productos rurales y agricultores, vendedores de casa en casa, son de los trabajos que la población más valora y reconoce, principalmente: uno, por el esfuerzo físico que implica su trabajo, cargar, sembrar, cosechar y transportar mercancías, así como para el caso de comerciantes y tianguistas, montar y desmontar puestos; dos, por las horas de vida que dedican pues son quienes desde muy temprano en la mañana comienzan “a poner las calles” sin una hora establecida para terminar.
La economía popular es el brazo que sostiene las actividades económicas de muchas colonias, especialmente en áreas rurales o urbanas, no necesariamente marginadas. Incluyen el comercio ambulante, la artesanía, los servicios, comercialización de productos rurales, así como la agricultura urbana.
Sin embargo, para el caso de la CDMX, diversos análisis apuntan que el panorama es bastante prometedor respecto a que la ciudad ha caminado a ser semillero del emprendimiento e incubadora para el desarrollo de startups, unicornios y soonicorns; esto se debe a que el gobierno ha implementado financiamientos, programas y diversos apoyos para su desarrollo e impulso, incluso somos vistos como un destino popular para los startups internacionales, donde la ciudad les representa una magnífica oportunidad para expandir sus operaciones o conquistar a nuevos mercados.
En la actualidad, la ciudad es un destino atractivo para personas tanto de provincia como extranjeros que buscan vivir y trabajar aquí, pues son el centro económico del país.
Lo anterior se traduce en una oportunidad para que las personas emprendedoras, la economía informal, la producción, intercambio de bienes y servicios, para las micro, pequeñas y medianas empresas, accedan a recursos, hagan networking y tengan mayores probabilidades de negocio. Al final todos los sectores son fundamentales para el desarrollo económico y social, sin distinción y sin dejar a nadie atrás.