El voto por correo tiene una larga historia en Estados Unidos, remontándose a la Guerra Civil, cuando se permitió a los soldados votar desde el frente por la vía del correo. Sin embargo, su evolución como una opción accesible para toda la población se consolidó con el tiempo y en las últimas décadas se ha convertido en un apoyo indiscutible del sistema electoral, proporcionando una alternativa para los que no pueden o no desean votar en persona.
Su importancia creció exponencialmente en los últimos años en la Unión Americana, impulsado por las circunstancias excepcionales de la pandemia de Covid-19. Paralelamente también está el voto anticipado en persona que consiste en poder votar presencialmente en una urna, antes del 5 de noviembre, día oficial de las elecciones.
Tanto demócratas como republicanos tienen en marcha ya estrategias para maximizar el uso del voto por correo y anticipado en persona. En las elecciones de 2020, celebradas durante el primer año de la pandemia de coronavirus, 45 % de los votantes afirmó haber votado por correo o en ausencia, reveló el Pew Research Center.
En 2022, 43 % de los votantes declaró haber votado en persona el día de las elecciones. Un porcentaje algo menor (36 %) dijo haber votado en ausencia o por correo, y un 21 % dijo haber votado en persona antes del día de las elecciones, de acuerdo con la misma fuente.