La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al gobierno de Estados Unidos reabrir una investigación sobre la muerte del inmigrante mexicano Anastasio Hernández Rojas, fallecido a manos de agentes de la Patrulla Fronteriza, lo que marca una determinación sin precedentes del organismo.
Los abogados de la familia del inmigrante que llevaron el caso a la CIDH, anunciaron la histórica decisión este jueves en una conferencia de prensa en San Diego (California).
“Es la primera vez que la comisión determina la responsabilidad internacional de Estados Unidos por una ejecución extrajudicial”, señaló en conferencia la directora de la Clínica Legal de Derechos Humanos de la Universidad de California Berkeley, Roxanna Altholz, una de las abogadas que representa a la familia de Hernández Rojas.
La CIDH concluyó que los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) de Estados Unidos “torturaron y mataron” a Hernández Rojas en mayo de 2010, subrayó la abogada.
“(Además) no investigaron de manera completa ni imparcial, y negaron justicia a su familia”, agregó.
Por su parte, la viuda de Hernández Rojas, María Puga, comentó que “hoy queda claro que Anastasio fue asesinado por esos agentes que no tuvieron piedad de él”.
El inmigrante mexicano pereció luego de que al menos una docena de agentes lo golpearon en reiteradas ocasiones y lo sometieron a múltiples descargas eléctricas.
El inmigrante estaba esposado y sometido, con agentes arrodillados sobre su cuello y espalda mientras suplicaba por ayuda, como quedó grabado en al menos dos videos captados por testigos.
La muerte de Hernández Rojas fue clasificada de homicidio por el médico forense de San Diego (California).
Este viernes, 2 de mayo, Hernández Rojas “cumpliría 57 años”, dijo su viuda en la conferencia. La resolución de la CIDH sobre su muerte “es su regalo hasta el cielo”, declaró María Puga al dar un beso a una fotografía de su esposo.