La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dio a conocer que hasta el momento no puede establecer que Julio César “N” intentó atentar contra la vida del fiscal general, José Luis Cervantes Martínez; sin embargo, es investigado por su probable responsabilidad en la comisión de ilícitos.

“Con independencia de la probable intervención del investigado en la comisión de hechos constitutivos de delito relacionados con el evento, la ponderación inicial de los datos de prueba con los que se cuenta hasta este momento, entre ellos técnicas de investigación de cateo, no permiten establecer que la conducta desplegada por el agresor fue una acción consciente o dirigida en contra del fiscal general de Justicia del Estado de México”, señaló en un comunicado.

El jueves por la noche la institución informó que un convoy compuesto por dos camionetas, en las que viajaban el fiscal de la entidad y siete elementos de seguridad, una motocicleta manejada por dos elementos de reacción, todos identificados con uniforme institucional, fueron interceptados por un particular que conducía un vehículo Jeep Grand Cherokee, modelo 2011, de color negro mate, con vidrios oscuros y placas del Estado de México.

Se estableció que este vehículo inició un seguimiento cercano y continuó en el mismo carril del convoy oficial. Por ello, para resguardar la vida y la seguridad de los ocupantes, el artillero del binomio que tripulaba la motocicleta, detonó su arma de cargo en contra de los neumáticos del vehículo agresor, a fin de inhabilitarlo. La agresión no cesó, sino que se intensificó.

Los elementos de protección actuaron de manera proporcional y de acuerdo a los protocolos en el uso legítimo de la fuerza, tal y como lo establece la ley de la materia, lo que permitió asegurar a Julio César “N” sin lesión alguna, no obstante que en todo momento opuso resistencia.

El ahora detenido fue trasladado y puesto a disposición del agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Asuntos Especiales, ubicada en la ciudad de Toluca, donde se le asignó defensor público y aun cuando se dio intervención a peritos para su certificación psicofísica y de lesiones, se negó a proporcionar las muestras necesarias. A pesar de ello, los peritos en medicina forense advirtieron indicadores clínicos de aparente estado de intoxicación.

Además un integrante de la escolta presentó lesiones por esquirlas de naturaleza balística a la altura de la ingle.