Existe una problemática común en todas las naciones del orbe: la violencia contra las mujeres y las niñas, tal vez cambian un poco las cifras sobre magnitud, recurrencia y nivel de impunidad; no obstante, es un problema grave que generación tras generación ha luchado para erradicarlo.
Desde la violencia verbal hasta el feminicidio, pasando por la violencia mediática, política, intrafamiliar y laboral, todas constituyen claras violaciones a nuestra dignidad y derechos humanos.
Ninguna mujer está exenta de ser violentada por el hecho mismo de ser mujer. La violencia en razón de género no distingue raza, posición económica ni ubicación geográfica; sin embargo, las mujeres pobres, indígenas, con alguna discapacidad, en crisis humanitaria y adultas mayores son más susceptibles de padecerla y de resistirla. Por supuesto, las niñas son las más vulnerables entre las vulnerables.
El 90 % de las violaciones contra niñas se produce en el entorno familiar, y de cada mil casos sólo 100 se denuncian, únicamente 10 % llega ante un juez y solamente 1 % es sancionado.
El 25 % de las personas desaparecidas en México son mujeres entre 15 y 19 años; desafortunadamente se cree que son víctimas de trata de personas con fines de explotación sexual o han sido asesinadas.
En el mundo, cada 11 minutos una mujer es asesinada por un familiar y en nuestro país, una de cada tres mujeres es víctima de algún tipo de violencia, siendo 10 mujeres asesinadas al día y dos violadas cada hora.
De acuerdo con la ONU, los efectos psicológicos negativos de la violencia contra las mujeres y niñas, al igual que las consecuencias para su salud sexual y reproductiva, afectan a las mujeres en todas las etapas de sus vidas.
La violencia contra las mujeres es un obstáculo para alcanzar la igualdad, el desarrollo sostenible y la paz. Por eso es que #NOHAYEXCUSA para dejar de hacer lo necesario, hasta erradicarla. La violencia por razón de género contra mujeres y niñas tiene lugar de forma sistemática y persistente, de ahí que es necesario prevenirla, identificarla y sancionarla a tiempo.
El nuevo reto es descubrir las microviolencias que sufren las mujeres en la cotidianidad, para que no pasen desapercibidas ni sean normalizadas y acrecentadas. El reto permanente es permanecer unidas, porque juntas son más fuertes.
Hay que levantar la voz cuando sucedan hechos violentos en contra de una mujer, como el lamentable acontecimiento del expresidente Fox, a quien le fue cancelada su cuenta de X tras ser denunciado de violencia política contra Mariana Rodríguez.
Existe la certeza de que en 2024 se tendrá de presidenta a una mujer, ante lo cual se espera garantice el adelanto democrático de las mujeres mexicanas y el establecimiento de la igualdad sustantiva.
En estos “16 días de activismo”, la lucha se intensifica y la exigencia sigue siendo la misma: el respeto a la vida, a la integridad, a la libertad y a la autonomía de todas las mujeres y las niñas.