La incertidumbre que ha provocado la aprobación de la reforma judicial y otros cambios estructurales que pueden aplicarse en México, justifican una estrategia cautelosa de inversión en el país, consideró el banco UBS en un análisis.
“Aunque hay optimismo sobre posibles decisiones pragmáticas de Sheinbaum, especialmente en lo que respecta al sector privado, depender únicamente de la esperanza puede ser peligroso. Se justifica una estrategia de inversión cautelosa en México hasta que haya más claridad en las políticas”, detalla el documento.
En el texto “Buscando claridad. Invertir en México”, el banco de inversión de origen suizo señaló que el primer mensaje de Claudia Sheinbaum como presidenta de México será clave para los inversionistas, en un momento donde se busca claridad para los capitales.
“El discurso inaugural de Claudia Sheinbaum, que se pronunciará el 1º de octubre, será un indicador clave para los mercados, ya que los inversionistas buscarán señales de si su administración mantendrá la continuidad de las políticas o adoptará un enfoque más favorable a las empresas”, indicó.
Añadió que si bien las leyes secundarias relacionadas con la reforma judicial podrían ayudar a Sheinbaum a distinguir su administración de Andrés Manuel López Obrador, se necesitan más medidas para abordar las preocupaciones de los inversionistas, garantizar la estabilidad y el compromiso con las obligaciones comerciales internacionales.
En su documento, UBS resaltó que si bien la recién aprobada reforma judicial probablemente debilitará los controles y contrapesos en el país, se debe recordar que el sistema judicial de México ha tenido problemas durante mucho tiempo con el Estado de Derecho, como lo destacan los indicadores de gobernanza del Banco Mundial.
“Es poco probable que la reforma aborde cuestiones clave como la impunidad y la corrupción en el sistema de justicia. Además, su implementación podría enfrentar desafíos significativos y podría correr el riesgo de politizar el proceso judicial”, dijo.
En ese sentido, mencionó que es probable que la confianza de los inversionistas disminuya debido a la incertidumbre política, pero el impacto económico exacto de la reforma es difícil de predecir, ya que depende de las leyes secundarias.