El pasado 5 de febrero, en el marco del aniversario de la constitución de 1917, desde el Teatro de la República en el estado de Querétaro, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo expresó un potente discurso ante la sombra del intervencionismo, donde resaltó: “la Constitución es nuestro escudo para defender a la nación”.
Estas palabras describen a este gobierno ante los embates arancelarios que está imponiendo el presidente Donald Trump al acero y aluminio, la presidenta Sheinbaum defenderá los intereses del pueblo de México, porque la soberanía no se negocia, se defiende.
En este sentido, la Constitución es muy clara. El artículo 39 dice expresamente que “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste”. Este artículo tiene como esencia la Constitución de Apatzingán de 1814, promovida por José María Morelos y Pavón, la cual es la guía para cualquier servidor público.
Ante este panorama internacional, la presidenta, como mujer de Estado, ha diseñado y construido, junto con empresarios nacionales e internacionales, el Plan México, que tiene como objetivos impulsar el desarrollo regional, promover la relocalización, la sustitución de importaciones, relanzar el programa “Hecho en México” y promover polos de bienestar entre otros no menos importantes.
Estados Unidos y México comparten más de 3 mil kilómetros de frontera. No es gratuito que, en el 2023, este país se haya convertido en el principal socio comercial de Estados Unidos desplazando a China.
Para mostrar un dato contundente, México exportó 475 mil 606 millones de dólares, lo que representa el 15.4 % de lo que nos compra nuestro vecino del norte. Mientras tanto, China exportó 427 mil 229 millones de dólares, lo que equivale al 13.9 %.
Esta tendencia económica, derivada de los efectos devastadores de la pandemia del covid-19, que encarecieron los productos que compraba Estados Unidos al gigante asiático. Por tales razones, muchas empresas extranjeras decidieron invertir en nuestro país para reducir costos de producción y transporte, lo que conocemos como el “nearshoring”. Sin duda, desde el gobierno del presidente López Obrador, y ahora, en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, hay certeza y Estado de Derecho para las inversiones del sector empresarial.
México tiene todo el potencial para salir airoso frente a las adversidades. Tenemos un pueblo unido, una presidenta que tiene un respaldo popular de casi el 80 %, empresarias y empresarios que han cerrado filas, hay talento joven, recursos naturales y materiales que ningún otro país tiene.