La educación debe ser la apuesta

Un pedagogo fundamental de esta era, John Dewey, decía que “la educación no es preparación para la vida, sino que la educación es la vida en sí misma”, pues consideraba acertadamente que el aprendizaje sólo llegaba cuando el alumno se encontraba estimulado, y nada mejor para estimular habilidades y capacidades que las experiencias mismas de la vida.

Y es que hace unos días se llevó a cabo en la ciudad de Querétaro, el lanzamiento de la Alianza Empresarial para la Educación Dual Centro-Bajío-Occidente, un modelo educativo que ha funcionado muy bien en Alemania, el cual busca que los universitarios combinen sus estudios teóricos de la escuela con las prácticas en la industria.

Sin duda, adherir experiencia al capital humano lleva a la prosperidad y porque el modelo dual ya ha mostrado sus virtudes con muchas historias de éxito.

Por ello, es muy importante que este acuerdo no sólo sea regional sino que se convierta en nacional, porque el mercado de hoy no deja de ser un mercado de habilidades y competencias que reta a todas las economías del mundo a contar con altos estándares de capital humano.

Por eso, es importante hacer un llamado a los gobiernos, a la sociedad civil, empresarios, académicos y organismos internacionales, para impulsar un acuerdo que privilegie la educación de calidad como motor de cambio hacia el progreso empresarial y social.

Es urgente hacer un alto en el camino y reflexionar sobre las prioridades y agendas que se deben procurar y defender, como empresarios, como gobiernos locales, como gobierno federal y como sociedad civil.

Con todos los retos que enfrenta el país, es un buen momento para el asociacionismo. Es un buen momento para plantarle cara a los temas nacionales y realmente ser partícipes de la vida democrática y política de nuestro país.

Invertir en educación y ciencia permite sofisticar el mercado y construir más valor con menos. Permite a la vez acceder, a una mayor y mejor equidad social. Pero sobre todo permite darle a México un pasaporte de futuro que mantenga el peso específico de nuestra economía, capacidad instalada y mano de obra, entre las más atractivas del mundo.