Leblouh, obliga a niñas a comer para encontrar marido
En los últimos años, la obesidad se ha convertido en una de las principales causas de enfermedades crónicas en todo el mundo. El Universal

Sabemos que los estándares de belleza cambian con el tiempo y varían según el país y la región en la que te encuentras.

Sin embargo, en algunas regiones de África prevalece, desde tiempos ancestrales, un culto a la obesidad que es promovido a través del “leblouh”, una práctica que consiste en forzar a las niñas a comer con el fin de prepararlas para el matrimonio.

Este “martirio” suele comenzar desde que las niñas cumplen cinco años de edad y se extiende hasta una edad adulta.

Es una práctica todavía común en algunas regiones del norte de África, en países como Argelia, Burkina Faso, Níger, Malí y Mauritania.

En ciertas comunidades, además de ser un sinónimo de belleza, la obesidad también es una forma de ostentar buena salud, fertilidad y sobre todo riqueza.

Dedeou Gassamba tiene 21 años y es de Tombouctou, una ciudad en el centro geográfico de Malí, y lamenta que una tradición como esta tenga cabida en pleno siglo XXI.

“La alimentación forzada se ha practicado durante mucho tiempo en las regiones del Sahel africano, y especialmente en las comunidades árabes”, le dice a BBC Mundo.

Dedeou Gassamba, una joven estudiante de periodismo en Malí, denunció recientemente la práctica del leblouh a través de una tribuna publicada en Benbere, una plataforma en línea de blogueros malienses.

Los padres de Dedeou nunca la obligaron a comer cuando era una niña, pero la presión por engordar siempre estuvo presente.

Algunas familias que siguen la tradición del leblouh, llegan incluso a recurrir a “granjas para engordar”, con el fin de que sus hijas alcancen “un peso ideal”.

Para algunos este puede ser 100 kg, para otros 150 kg. “Cuanto más gorda estés, mejor”, añade Dedeou.

En ciertas comunidades mauritanas, la obesidad es una forma de ostentar buena salud, fertilidad y sobre todo riqueza.

Granjas para engordar

Entrevistada por la BBC en 2004, Fatematou, una mujer de la tercera edad que en ese entonces dirigía una granja para engordar en Atar, Mauritania, describió cómo funcionan.

“Les hago comer muchos dátiles, mucho cuscús y otros alimentos que engordan”, explicó.

“Las hago comer, comer y comer. Y luego beber mucha, mucha agua”.

“Les hago hacer esto toda la mañana. Luego descansan. Por la tarde comenzamos de nuevo. Hacemos esto tres veces al día: en la mañana, en la tarde y en la noche”, detalló Fatematou.

Si bien esta práctica ya no es tan común como lo fue en décadas pasadas, todavía existe, le dice a BBC Mundo Ngossé Diop, coordinadora de programas de la Asociación de Mujeres Cabezas de Familia de Mauritania (AFCF, por sus siglas en francés), que milita por abolir el leblouh.

A medida que las niñas crecen, la cantidad de alimentos que se debe consumir aumenta. Algunas jóvenes llegan a subir 10 y hasta 20 kg en un lapso de dos meses.

La práctica del leblouh suele estar fuertemente vinculada con el matrimonio precoz, que implica que una niña de ocho o diez años es obligada a comer excesivamente para alcanzar el cuerpo de una mujer adulta y así atraer a su futuro esposo.

A las flacas les atribuyen enfermedades

A las mujeres delgadas en Malí les ponen apodos como “carne seca” y “pila de huesos”.

Dedeou, que estudia periodismo y comunicación en Malí, explica que en regiones donde ““las mujeres gordas son vistas como bellas, agraciadas y de buena familia”, las chicas delgadas sufren.

“A las flacas se les ve como personas hambrientas, menos bellas y lo peor, es que a menudo les atribuyen enfermedades graves que ni siquiera tienen, como el sida”.

En una tribuna publicada en Benbere -una plataforma en línea que publica contribuciones de blogueros malienses-, la joven explica que a las chicas más delgadas suelen ponerles apodos como “carne seca”, “pila de huesos” y “nalgas pequeñas”.

Y cuando quieren ser más amables les dicen “miss disquete”, o “Coca-Cola”, haciendo alusión a la forma tradicional de la botella.

La esperanza de muchas mujeres delgadas es que si logran casarse, “todavía tienen la oportunidad de aumentar de peso después de uno o dos embarazos”, relata la joven periodista.

La alimentación forzada todavía es común en algunas regiones del norte de África, en países como Argelia, Burkina Faso, Níger, Malí y Mauritania.