Lecciones del 2024

Es un lugar común hablar de los buenos deseos y los retos del inicio de un nuevo año, de la importancia de trazarnos objetivos y arreglar las diferencias a través del diálogo. Siempre en primera persona.

¿Pero quién habla de la sociedad? ¿Quién menciona a los partidos políticos? ¿O al gobierno? Se está llegando al primer cuarto del siglo XXI con un contexto global en el que la dinámica social sorprende, lo que definitivamente obliga a hacer una reflexión, principalmente a quiénes se dedican a la actividad política.

El año que concluye tuvo una intensa actividad política con motivo de las elecciones que se celebraron en junio, donde ganó la presidenta Claudia Sheinbaum con una amplia mayoría. Mientras que en el Congreso de la Unión el partido mayoritario, con sus aliados políticos, ha aprobado reformas a la Constitución que no siempre benefician a la población.

Fue uno de los procesos electorales más intensos, en términos políticos, de los últimos años en el país. Las campañas tuvieron momentos muy significativos, tanto para la clase política como para la población. Quienes participaron como candidatos en ese proceso electoral, en el que se eligieron 20 mil 708 cargos públicos en todo el país, vieron un electorado muy interesado en conocer las propuestas que hacían en los recorridos y actos de campaña.

Esa es una de las grandes lecciones que dejó el proceso electoral de este año: tienen que estar cerca de la gente, deben escuchar sus problemas, conocer sus inquietudes, pero, sobre todo, trabajar para atender sus demandas, porque solo de esa forma se va a poder generar una emoción que se traduzca en una mayor participación en las urnas. Porque las y los mexicanos exigen que los políticos estén cerca de ellos. Ese es uno de los mensajes más contundentes que debieron haber recibido quienes estuvieron pidiendo el voto a la gente.

La sociedad está observando a todos los que se dedican al servicio público. Ese llamado de la sociedad, que se expresa de diferentes maneras y por diversos canales, es el que deben escuchar. Incluso, la oposición está obligada de entender las exigencias sociales, porque la sociedad va por delante y si no lo hacen, van a quedar rezagados.

Ya no es solo la opinión pública, que tiene un peso importante en la vida pública del país, ni tampoco las redes sociales, que reflejan también reclamos de la gente. Es combinar la actividad política con un mayor acercamiento que brinde elementos para tomar las mejores decisiones a favor del país. Es algo que ya se ha realizado en otros momentos históricos y que se puede hacerlo nuevamente.

De esa manera fortalecerán el vínculo con la gente, pero, sobre todo, tendrán la oportunidad de tomar el papel que les corresponde como oposición: representar a quienes no coinciden con la visión ideológica del gobierno actual.