El legado de Francisco I. Madero es la lucha por la vía democrática como principio ético y político fundamental, así como su creencia en la conciliación por más irreductibles que resulten las posiciones de los diferentes grupos en desacuerdo, aseguró el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
Ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el 109 aniversario luctuoso del ex presidente Madero y el ex vicepresidente José María Pino Suárez, Ramírez de la O fue el único orador en la ceremonia que se llevó a cabo en el Patio de Honor de Palacio Nacional.
El secretario de Hacienda recordó que Madero fue presidente en la primera elección democrática que hubo en México, en 1911. “Su lema sufragio efectivo no reelección es la herencia de su movimiento”.
Señaló que ya en la presidencia, Madero enfrentó una oposición socavada de los personajes influyentes del antiguo régimen, los periódicos conservadores y los grupos de conspiradores que enlistaron en su ayuda, al embajador Henry Lane Wilson, empresarios petroleros y ferrocarrileros de Estados Unidos y de Gran Bretaña.
Recordó que 22 de febrero de 1913, Madero y Pino Suárez son separados del general Felipe Ángeles. Porque estaban presos en la Intendencia de Palacio Nacional, para ser llevados a cárcel”.
Ramírez de la O señaló que el legado que nos deja Francisco I. Madero es su lucha por la vía democrática como principio ético y político fundamental y su creencia en la conciliación por más irreductibles que resulten las posiciones de los diferentes grupos en desacuerdo.