El presidente Donald Trump llegó el viernes a Texas, un estado del sur de Estados Unidos devastado por inundaciones que causaron la muerte de al menos 120 personas, en un momento en que la respuesta de las autoridades locales y federales a la catástrofe genera polémica.
Familiares de víctimas de las inundaciones, ocurridas el fin de semana pasado, han instalado un memorial improvisado a orillas del río Guadalupe en Kerville.
Trump y su esposa Melania realizan una visita de unas horas casi una semana después de la catástrofe, cuando todavía se busca a más de 170 personas dadas por desaparecidas.