Lo bueno, lo malo y lo que viene

Apocos horas de que llegue a su fin el año 2022 resulta de gran interés señalar algunos de los principales sucesos que en la agenda pública nacional trascendieron tanto por sus efectos positivos como negativos.

Este año, a diferencia de sus dos predecesores, la pandemia cesó en una considerable medida la letalidad con la que se propagaba y las adversas consecuencias económicas que ocasionaba, gracias a que casi el 85% de la población mexicana cuenta con esquema de vacunación y muchas personas continuaron con los cuidados para transitar a la normalidad.

Desafortunadamente en los últimos doce meses también hubo momentos críticos que se materializaron como un enérgico llamado de atención para ver la realidad que viven sectores de la sociedad.

Muestra de ello es la violencia sin precedentes hacia periodistas, que ha puesto en riesgo su vida, como sucedió recientemente con el comunicador Ciro Gómez Leyva, así como los deplorables casos que la libertad de expresión fue un factor que acabó con la vida de más de una decena de periodistas.

Otro rubro lamentable fue que las autoridades sanitarias a nivel federal no escucharon ni atendieron las recomendaciones de los organismos internacionales de salud, no sólo para contener al covid-19, sino para atender y dar respuesta a los demás padecimientos en materia de salubridad.

En lo económico, ha sido alarmante el aumento en los precios de los alimentos de la canasta básica, lo que ha representado un severo golpe a la economía de las familias del país. Asimismo, al turismo no se le ha permitido despegar aprovechando el potencial que tiene debido a la nula e inexperta atención que se le ha dado.

También los cambios en las leyes, con la reforma constitucional electoral, donde si bien es cierto que las modificaciones a las leyes secundarias fueron avaladas, también lo es que la lucha por defender la democracia ahí no acaba.

Sin embargo, a la par hubo laudables logros desde la rama legislativa que prometen impulsar un mejor panorama y calidad de vida para las y los mexicanos.

Se habla de hechos como la inscripción obligatoria de las amas de hogar al seguro social, que se traducirá en que tengan acceso a servicios de salud, guarderías y a un retiro digno: el hecho de que las instituciones de salud pública estén obligadas a diferenciar el diagnóstico y el tratamiento para los diferentes tipos de diabetes; el aumento de los días de vacaciones para las y los trabajadores; así como garantizar que todas las personas con discapacidad puedan acceder a todas las acciones, programas de protección y desarrollo social y estrategias de reducción de la pobreza que el gobierno impulse.

Merece especial mención el aval para prolongar por un periodo determinado el mantenimiento de las fuerzas armadas en las calles para temas de seguridad pública, como una necesaria respuesta a la exigencia ciudadana.

Para el próximo año, especialistas advierten un entorno económico complicado donde se estima que el crecimiento del PIB se desacelere de 3% en 2022 a 1.4% en 2023, por lo que será apremiante trabajar para brindar las mejores herramientas para salir adelante.

Sin perder de vista que la agenda legislativa tiene importantes pendientes como la legislación en materia electoral, la emisión del Código Nacional de Procedimientos Civiles y la regulación de cannabis para uso lúdico. Sin duda alguna, en estas batallas, la base que debe guiar toda actuación debe ser el bienestar de las y los mexicanos para que sea un próspero 2023.