Los “narcoabogados”, siempre en la mira del crimen

El pasado lunes, una persona fue baleada al parecer de manera directa cuando se encontraba a bordo de un automóvil BMW, en la esquina de Eje 10 Sur Ureña y Avenida Aztecas, en la colonia Los Reyes, en Coyoacán.

Los atacantes, dos sujetos a bordo de una motoneta, se le emparejaron al conductor del vehículo de lujo, a quien le dispararon en cinco ocasiones. A pesar de que fue trasladado en helicóptero a un hospital, el hombre falleció.

La Procuraduría capitalina señaló que la víctima respondía al nombre de Jesús “N”, quien fuera abogado de Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40” y líder fundador de la organización criminal de “los Zetas”. También habría defendido a Mario Villanueva, exgobernador de Quintana Roo, y a la francesa Florence Cassez.

Sin embargo, el abogado asesinado no es el único que litigó a favor de un personaje polémico y fue asesinado

Otros casos de ataque directo

En febrero de 2013, el abogado Fernando López Salinas fue asesinado al mediodía en la Zona Rosa. Al principio se desconocía su identidad, pero como el ataque fue directo se indagó y se supo que era un abogado y testigo protegido en casos de narcotráfico de los Beltrán Leyva.

En ese mismo año, pero en mayo, Juan Jesús Guerrero Chapa, presunto abogado de la organización criminal cártel del Golfo, fue asesinado en un pequeño suburbio de Dallas, Texas.

A plena luz del día, como en todos los casos que aquí se presentan, Guerrero Chapa fue sorprendido por sicarios en un ataque directo.

El abogado fue detenido e ingresado al penal de La Palma en el 2002 por vínculos con Osiel Cárdenas, líder del cártel del Golfo en ese momento. Poco después fue liberado y se fue a vivir de manera legal a Estados Unidos, en donde lo asesinaron.

Más de 40 casquillos percutidos quedaron en la escena del crimen de Silvia Raquenel Villanueva Frausto. Raquenel era una abogada famosa en Monterrey, quien fue asesinada en el mercado de fayuca de la Pulga Río, a mediodía en agosto de 2009.

Villanueva sobrevivió a un bombazo en su despacho en Monterrey y a un tiroteo en un hotel distinguido de la Ciudad de México.

Pero aquel día, su escolta se quedó afuera del mercado, al que entró con su hija.

Raquenel era de los llamados “narcoabogados”, junto con su mentor, Polo del Real, por haber defendido a capos como Juan García Abrego, líder del cártel del Golfo, lo que incluso se encuentra en el libro “Los Narcoabogados” de Ricardo Ravelo.

La abogada cobró relevancia, pues el cantante Beto Quintanilla le escribió una canción por su labor.

Raquenel fue la abogada de Diego Santoy, a quien la prensa de Nuevo León le llamó “El Asesino de Cumbres”, acusado de matar a los hermanos de su novia, Érika.