El paro magisterial de 72 horas que comenzó este miércoles, se resiente en las calles de Oaxaca: hay poco movimiento vehicular, sobre todo en los horarios de entrada y salida de las escuelas, dijo el inspector Vial, Benito Orozco Robledo.

Como resultado de esa actividad sindical, más de 150 escuelas públicas del nivel básico de esta ciudad se sumaron al cierre de sus puertas, como lo hicieron casi mil 500 planteles educativos del Istmo, donde estudian poco más de 125 mil educandos.

Sin embargo, el paro no solo afectó a docentes y alumnos, sino que también comenzó a provocar pérdidas económicas de cientos de personas que venden en las afueras de las escuelas. Vamos a esperar a que los maestros regresen a clases, dijo don Simón, vendedor de nieves caseros.

En las inmediaciones de las escuelas, predomina el silencio que de vez en cuando es roto por las ráfagas de viento, las pequeñas misceláneas lucen vacías. No hay alumnos que se cuelguen del mostrador para ver qué golosina podrían comprar.