“Hace unos meses peleamos porque encontramos un huipil reproducido en computadora”, dijo Candy Margarita de la Cruz Santiago, una joven costurera del estado de Oaxaca.
En el mundo de la moda, los artesanos textiles suelen sufrir el plagio de sus diseños para ser utilizados por las marcas de “lujo”, que constantemente producen nuevos modelos de ropa, además de esto, las industrias extranjeras llegan a apropiarse de la cultura indígena hurtando su derecho de propiedad intelectual.
Con respecto a esto, la Secretaría de Cultura organizó un encuentro entre artesanos y diseñadores extranjeros, del 18 al 21 de noviembre, para plantear las bases de una moda más justa. La feria titulada “Arte Textil Mexicano Original”, se llevó a cabo en las instalaciones de Los Pinos, casa en la que residían los presidentes que antecedieron al actual representante del Ejecutivo, en la Ciudad de México.
El propósito del evento fue defender a las comunidades chiapanecas y oaxaqueñas contra el plagio de sus bordados, colores y patrones, por parte de las industrias extranjeras.
“El plagio no es un homenaje”, dijo Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, durante la inauguración.
La feria se celebró en el marco de los 500 años de la resistencia indígena. Con respecto a esto, el artesano hidalguense Samuel García, comentó: “Hoy queremos levantar la voz todos los artesanos y decir ¡ya basta! Ya basta de que nuestra cultura sea robada, que sea arrebatada de nuestras manos. Ya basta de que no se nos reconozca el esfuerzo que por muchos años hemos defendido; ojalá que este evento nos ayude a abrir todas esas puertas, que todos necesitamos como artesanos”.
El evento contó con la exposición y venta de accesorios típicos mexicanos como el huipil: una blusa blanca de algodón elaborada con bordados finos, entre otros diseños, y culminó con un desfile de moda semejante a las marchas de orgullo indígena, donde suelen manifestarse con ropas tradicionales y exigir el respeto a su cultura.