El uso de bioinsumos en sustitución o complemento de agroquímicos en la producción de alimentos básicos es una opción sustentable que eleva la productividad, reduce costos y contiene el alza de precios, dijo Héctor Robles, director general de Organización para la Productividad de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).

Este trabajo se hace como parte de la Estrategia de Acompañamiento Técnico (EAT) del programa Producción para el Bienestar. Los bioinsumos se obtienen al procesar materia vegetal y con el aislamiento y multiplicación de microorganismos. Se usan para fertilizar y nutrir plantas y suelo, así como para controlar plagas y enfermedades.

Robles explicó que con bioinsumos los suelos no se compactan, están oxigenados, tienen materia orgánica y ello permite que la raíz penetre y que la planta sea más resistente.

Además, con estos insumos el productor crea sus fertilizantes orgánicos y deja de depender del distribuidor, tomando en cuenta que en este ciclo agrícola los productores sufrieron por el alza de fertilizantes químicos, además de su escasez.

Avance de la estrategia

El impulso a los bioinsumos ocurre en 35 regiones en 27 estados del país, que es donde opera la EAT. Se está introduciendo en la producción de granos básicos, maíz, frijol, trigo y arroz, así como amaranto, chía, café, cacao y caña de azúcar.

Se inició con 30 mil productores atendidos en el primer año, pasando a 65 mil en el segundo. “Ya estamos atendiendo a cerca de 98 mil y esperamos llegar a junio del próximo año a 200 mil”, explicó el funcionario.

La idea es que hacia 2024 se llegue a 400 mil productores con prácticas agroecológicas, que representan 20% del total de beneficiarios del programa Producción para el Bienestar.