La tasa de fecundidad adolescente en México en 2022 se ubica entre los niveles más altos de América Latina y el Caribe, por lo que es un reto para el Estado mexicano dinamizar su descenso hasta lograr en 2030 reducir en 50 % entre las personas de 15 a 19 años, advierte un estudio elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El embarazo adolescente podría constituir una vulneración de los derechos humanos de niñas y adolescentes, en particular, su derecho a vivir una juventud libre de violencia, así como a contar con servicios de educación y de salud sexual y reproductiva, afirman los especialistas.

Si bien en México se han observado avances en el acceso a dichos servicios, la brecha pudo haberse ampliado con la pandemia de covid-19.

En referencia a los servicios de salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes, el 14.6 % de las mujeres y el 16.9 % de los hombres se vieron afectados por la disminución en las entregas de anticonceptivos. Adicionalmente, 27.6 % de las mujeres y 26.9 % de los hombres consideraron tener miedo a contagiarse de covid-19 y, por ello, no salieron de casa.

Maternidad temprana

La maternidad a temprana edad altera el curso de la trayectoria de vida de las y los adolescentes y condiciona, incluso, las etapas posteriores de su vida. Por lo tanto, es en sí misma una expresión de desigualdad frente a sus pares, advierte el estudio.

En 2020, ocho de cada 10 mujeres, de entre 12 y 19 años, que han tenido al menos un hijo presenta rezago educativo, mientras que solo dos de cada 10 mujeres que no han tenido hijos presentan esta problemática.