El capo Héctor Palma Salazar, alias “el Güero”, seguirá preso en el Altiplano, pues la Fiscalía General de la República (FGR) le cumplimentó una nueva orden de aprehensión girada por un juez de Jalisco, por el delito de homicidio calificado.

Fuentes judiciales informaron este viernes que el jueves elementos de la Policía Federal Ministerial, de la Agencia de Investigación Criminal de la FGR, le notificaron el mandamiento judicial al capo sinaloense en la rejilla de prácticas del penal de máxima seguridad del Altiplano, donde se encuentra preso desde 2016.

El accidente que acabó con su libertad

En los noventa, “el Güero” Palma y “el Chapo” Guzmán eran lugartenientes de Miguel Ángel Félix Gallardo, alias “el Padrino”, capo fundador del Cártel de Guadalajara, que llegó a controlar todo el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.

Luego de la detención del “Padrino”, el 8 de abril de 1989 por el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA, la organización de Félix Gallardo se dividió, dejando al Cártel de Tijuana al mando de sus sobrinos, los hermanos Arellano Félix; y al Cártel de Sinaloa, en las manos del Palma Salazar y Guzmán Loera.

Guadalupe Lejía, esposa del “Güero”, con quien tuvo dos hijos, lo engañó con su cuñado Rafael Clavel, cónyuge de su hermana Minerva y sicario de venezolano, con quien huyó junto con sus dos hijos y con dos millones de dólares retirados de la cuenta del propio Palma Salazar.

No obstante, “el Bueno Mozo”, como era conocido Rafael Clavel, fue contratado por Félix Gallardo, con el fin de cobrarse el robo de 300 kilos de cocaína que Héctor Jesús Palma había perpetrado.

Clavel degolló a Guadalupe Lejía y envió su cabeza en una caja de metal refrigerada al “Güero”; también asesinó a los hijos de Lupe y de Palma al arrojarlos por un puente en Caracas Venezuela, conocido como El Viaducto.

Los hechos llevaron a Palma Salazar a vengarse matando a nueve familiares de los Arellano Félix, al abogado, a tres de los hijos del “Buen Mozo” y al mismo Rafael Clavel, a quien mandó degollar en la cárcel donde estaba recluido.

El 23 de junio de 1995, “el Güero” no pudo bajar de un vuelo con destino a Toluca porque el Ejército tenía rodeado el campo aéreo.

El combustible se acabó y la aeronave cayó en los límites de Jalisco y Nayarit. Malherido, sus hombres lo llevaron a una casa de seguridad de Guadalajara donde, al día siguiente, fue detenido.