A Gabriela le cayó el infierno en segundos; le apareció de pronto, en las palabras de un amigo: “Oye, ¿qué onda con lo que está en Twitter? ¡Abre rápido tu cuenta!”. Eran las 11 de la noche y el mensaje la desconcertó, ella esperaba los resultados de un concurso para saber si había ganado los boletos de un concierto. Sin embargo, apenas ingresó a su cuenta reconoció un video de ella teniendo sexo con un exnovio. Habían filtrado la grabación.
“No sé quién fue. Tengo la sospecha de que fue la pareja de mi exnovio, ella era muy celosa. Lo digo porque yo nunca tuve un problema grave con él en nuestra relación ni cuando terminamos, incluso lo conocía desde hace tiempo», explica Gabriela, dos años después del hecho.
Ella fue víctima de pornovenganza. Nélida Padilla, doctora en sicología, indica la importancia de diferenciar entre sexting y pornovenganza; el primer término se refiere al intercambio de contenido sexual entre dos personas con el consentimiento de ambos, mientras que la segunda palabra describe la difusión de imágenes eróticas en plataformas digitales contra la voluntad de una persona.
Gabriela comenta que en su momento decidió grabar el video porque le tenía confianza a su pareja: “También lo haces por amor. Es una forma de seguir conectada con esa persona porque te atrae. No lo haces por morbo”.
“Es la actual prueba de amor. Si envías un video de tu cuerpo desnudo entonces quiere decir que amas a tu pareja”, explica Trixia Valle, quien ha trabajado de cerca con víctimas de la pornovenganza.
El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) informó que México es el país latinoamericano donde más se realiza el sexting; es decir, donde se envían más contenidos sexuales.
El organismo explica que 36% de los jóvenes entre los 12 y 16 años conocen a una persona que ha enviado contenido erótico, y más de 10% aceptó haber participado en el sexting.
Para Gabriela fue imposible frenar la publicación de su video erótico. En las redes duró una semana, a pesar de que eliminó su cuenta de Facebook, Instagram y Twitter. Hasta hoy utiliza con mucho temor cualquier red social y tiene más cuidado con sus fotos y publicaciones.
Ella denunció los hechos ante la Policía Cibernética de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México: “Fui y de verdad no sirven para nada. Me dijeron que ellos no pueden hacer nada, porque era contenido de la aplicación en sí y que si la aplicación no bloqueaba la cuenta ellos no podían hacer nada. Sentí mucha impotencia, porque se supone que están para ayudarte, pero te contestan por un correo porque no les interesa”.
Sexting en menores de edad
Sólo se necesita un arranque de ira para cometer la pornovenganza contra alguien. “Este delito se comete muchas veces entre personas que solían mantener un vínculo afectivo. Sólo hace falta un poco de rencor o enojo para extorsionar a alguien con contenido sexual. Ocurre, por ejemplo, cuando una pareja se separa”, explica Nélida Padilla.
Añade que “el sexting lo hacen todos. Los adultos, como parte de un juego previo al acto sexual. Pero también hay situaciones así entre niños; en ese caso es una práctica no recomendada, porque son menores de edad e incluso mostrar sus imágenes es un delito”.
La asociación Guardianes, dedicada a prevenir el abuso sexual, indica que dos de cada 10 adolescentes han practicado sexting por iniciativa propia y sin tener consecuencias. Sin embargo, el estudio Hábitos con las redes sociales, indica que los menores de edad utilizan el internet con miedo a que filtren sus contenidos sexuales. De 200 niños que fueron entrevistados, 52% aceptó temer que publiquen su contenido íntimo.
Las personas de entre 13 y 30 años son quienes practican sexting con más frecuencia y son el sector más vulnerable para ser víctimas de algún delito.
La asociación Alianza por la Seguridad en Internet calcula que casi 4 millones de niños de entre seis y 19 años conocen a alguien que ha enviado o reenviado imágenes suyas desnudo o semidesnudo.
Y agrega que de 10 mil niños encuestados, 8% aceptó haber enviado por internet imágenes suyas desnudo o semidesnudo. Además, otro 10% redactó mensajes con insinuaciones sexuales.