México y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) refrendaron su compromiso histórico con el multilateralismo, el fortalecimiento del derecho internacional y la promoción de la igualdad de género; la diplomacia preventiva, la lucha por el desarme nuclear; la construcción de consensos globales para contribuir a la paz, la cooperación internacional y el desarrollo sostenible.
El Senado de la República, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) conmemoraron el 80 aniversario de la entrada en vigor de la Carta de las Naciones Unidas, con el conversatorio “México y la ONU: 80 años trabajando por la paz, los derechos humanos y el desarrollo sostenible”, en el que se reafirmó la relevancia del Poder Legislativo como actor esencial en la construcción de consensos y la promoción de la Agenda 2030.
La presidenta del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez, subrayó que México reafirma su compromiso de participar activamente en la consolidación y renovación de la ONU.
“Nuestra política exterior, enfatizó, se guía por principios que hoy cobran mayor relevancia: la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la cooperación para el desarrollo, la protección de los derechos humanos y la solidaridad internacional, que son fundamentales para redirigir el camino de la humanidad hacia la prosperidad compartida”.
Convenio
Por ello, señaló, “es nuestro deber denunciar lo que sucede en Gaza, pues la humanidad no puede tolerar estos actos”. En el contexto de la reciente firma del nuevo Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible de México 2026-2031, agregó, “es fundamental impulsar una cooperación internacional que garantice la dignidad humana y castigue a quien atente contra ella”.
“El secretario de Relaciones Exteriores lo ha dicho claro: debemos mantener posturas críticas para encontrar soluciones efectivas a los problemas globales”, subrayó la senadora.
Afirmó que el país tiene el firme compromiso de participar en la reconfiguración del sistema multilateral que permita atender las exigencias de esta época, bajo el principio de hacerlo en coordinación, nunca con subordinación.
“Reafirmamos así el nuevo impulso de nuestra política exterior, guiada por los principios del humanismo mexicano. Una política que privilegia el diálogo, la diplomacia y la solidaridad entre las naciones para transformar la cooperación internacional en un vehículo de prosperidad compartida”, expresó.












