Enfrentamientos han dejado 20 muertos en NL

En lo que va del segundo semestre del 2022 se ha contabilizado la muerte de al menos siete efectivos de Fuerza Civil y de 13 presuntos miembros del crimen organizado, por enfrentamientos entre la Policía Estatal y grupos armados en municipios de la zona norte y noreste del estado de Nuevo León.

Este lunes, poco antes del mediodía, elementos de Fuerza Civil se enfrentaron con presuntos integrantes del crimen organizado, acción en la que abatieron a un presunto delincuente, informó la Secretaría de Seguridad Pública de Gobierno del Estado.

Durante el presente año se han registrado numerosos enfrentamientos entre policías y grupos del crimen organizado, principalmente después que la madrugada del pasado 26 de junio fueron emboscados 10 policías de Fuerza Civil, con un saldo de seis preventivos muertos y cuatro heridos.

El secretario de Seguridad Pública, Gerardo Palacios Pámanes, informó que para entonces se habían registrado 14 enfrentamientos con grupos criminales, en los que siempre los habían vencido, logrando bajas y aseguramientos; pero en esa ocasión fueron ampliamente superados en número, ya que los delincuentes viajaban en unas 10 camionetas, varias de ellas con blindaje artesanal, y dos de ellas tenían montadas ametralladora Barret 50.

El presente año ha sido el más violento de la década debido a los ajustes de cuentas y otras acciones criminales de la delincuencia organizada, lo cual ha disparado los homicidios dolosos.

Hasta el cierre de octubre se han contabilizado mil 226 homicidios dolosos según cifras de la Fiscalía General de Justicia del Estado, y en los primeros 13 días de noviembre ya se han acumulado otros 52 delitos de este tipo para sumar mil 278 delitos de ese tipo, ubicándose ya el 2022 como el tercer año con más violencia en la historia de este estado en tiempos de paz.

Las cifras de 2022 solo son superadas por las de 2011, que registró dos mil tres homicidios dolosos, y de 2012, cuando se contabilizaron mil 459 delitos de ese tipo.

La evolución de las cifras desde el periodo más violento de 2011 a 2012, siguió con una disminución pronunciada y después un aumento imparable.