El comandante del grupo Jaysh al Islam (Ejército del Islam), la agrupación opositora mejor organizada y armada de las que luchan contra el régimen sirio, murió en un ataque aéreo en el este de Damasco, capital de Siria.

El bombardeo conducido el viernes tuvo como objetivo el bastión opositor en el área de Ghouta donde estaban Zahran Alloush, líder del Jaysh al Islam, y otros dirigentes del grupo, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Un total de 10 cohetes impactaron el lugar donde se encontraban reunidos Alloush y otros cinco comandantes del grupo opositor, incluido el responsable de seguridad, quienes perdieron la vida junto con al menos ocho miembros del Jaysh al Islam.

Un número indeterminado de combatientes resultaron gravemente lesionados en el bombardeo, indicó el grupo activista y dijo desconocer si los aviones de combate eran rusos o del régimen del presidente sirio Bashar al Assad.

Los rebeldes opositores identificaron como rusos a los aviones que golpearon al liderazgo del grupo, sin embargo hasta ahora ni Moscú ni Damasco han confirmado el bombardeo.

Rusia, un aliado clave de Al Assad, lleva a cabo una campaña aérea en Siria desde finales de septiembre pasado, a petición del presidente de ese país, y asegura que su objetivo es el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Sin embargo, rebeldes y activistas han denunciado que los bombardeos rusos han golpeado a grupos opositores que luchan contra el régimen desde mediados de marzo de 2011, cuando comenzaron masivas protestas antigobierno cuya represión desencadenó el conflicto armado.

Jaysh al Islam, cuyo número de combatientes se calcula en miles, participó en la reciente conferencia de la oposición en Riad, capital de Arabia Saudita, en la cual se acordó un enfoque común entre los grupos rebeldes para entablar conversaciones de paz con el gobierno.

El diálogo, respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), está previsto para enero próximo con miras a poner fin al violento conflicto que ha dejado, según datos de la ONU, más de 250 mil personas muertas y ha desplazado a millones más.