Muro de aranceles impacta en México y Estados Unidos

Muro de aranceles impacta en México y Estados Unidos

El muro arancelario del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene un fuerte impacto en la frontera comercial más activa del mundo, la que une a México y Estados Unidos: el cobre, el acero, el aluminio, el tomate, los camiones y casi todo lo que no cumpla estrictamente las reglas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es sujeto de gravámenes, y si nada cambia, el 31 de octubre entrará en vigor un arancel general de 30 % sobre las importaciones mexicanas que queden fuera de ese marco.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, anunció hace unos días un avance de 90 % en las negociaciones sobre los aranceles, sin datos concretos.

Por lo pronto, en la industria automotriz, el escenario se ha tornado muy incierto, ya que a partir del 1 de noviembre, EE. UU. aplicará también un arancel de 25 % a los camiones medianos y pesados fabricados fuera de su territorio y 10 % a los autobuses. México, principal exportador de esos vehículos al mercado estadounidense, intenta demostrar que cumple con las reglas del T-MEC para acceder a exenciones parciales. La Cámara de Comercio del vecino país respondió que los principales orígenes de esos vehículos -México, Canadá, Japón, Alemania y Finlandia- “son aliados estratégicos, no amenazas a la seguridad nacional”, pero la Casa Blanca mantiene la medida.

Subida

El impacto viene desde hace meses: el 14 de julio, el Departamento de Comercio de Estados Unidos rompió el Acuerdo de Suspensión de 2019 que protegía las exportaciones mexicanas de tomate y aplicó un arancel promedio del 17 %. En el norte de México, los productores tuvieron que recortar siembras, mientras que en Florida celebraron el retorno de la “competencia justa”. El Center for Strategic and International Studies (CSIS) advirtió que sin ese acuerdo “habrá menos previsibilidad y más volatilidad de precios”, y que los consumidores estadounidenses podrían terminar pagando más conforme avance la temporada alta mexicana. Así ocurrió en Texas y Arizona, por ejemplo, donde los precios del jitomate fresco subieron entre 15 y 20 %.

El acero y el aluminio viven su propio laberinto: desde 2024 rige una regla que exime del arancel sólo a los metales fundidos y colados (smelt and pour o smelt and cast) en América del Norte. Si la plancha o la barra provienen de China o de otro país y solo pasan por México para el acabado, enfrentan una tarifa de entre 10 y 25 %.

El cobre fue el siguiente protagonista de esta guerra comercial. Desde el 1 de agosto, los productos semielaborados e “intensivos en cobre” (tubos, cables, conectores y piezas eléctricas) pagan un arancel de 50 %.

En México, los efectos comienzan a sentirse en el crecimiento y la inflación. Una encuesta de Reuters entre 33 economistas estimó que el país crecerá apenas 0.5 % en 2025, con una recuperación modesta de 1.3 % en 2026, afectado por la caída de exportaciones automotrices y el aumento de precios de insumos industriales.

“Si los aranceles se mantienen, América del Norte será más cara y menos competitiva. Si se renegocian, puede que el daño sea reversible, pero no gratuito. En cualquier caso, la era del comercio libre y sin fricciones parece haber terminado”, concluye Díaz.