La muralla construida entre México y Estados Unidos ha resultado ser una fórmula costosa e inadecuada para enfrentar eficazmente la inmigración irregular, sostiene una investigación realizada a solicitud de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), según la cual, los únicos ganadores son... los traficantes de personas.
La Unión Europea trabaja en un plan dirigido a crear un sistema europeo de vigilancia fronteriza armonizado, totalmente sincronizado, de última generación, eficaz y eficiente. El informe, con fecha de agosto y publicado en Varsovia, sede de Frontex, fue solicitado con la finalidad de ofrecer un marco técnico para desarrollar la arquitectura de seguridad fronteriza, garantizando al mismo tiempo el cumplimiento de la normativa de la UE y el respeto de los derechos fundamentales.
Entre los casos de estudio contemplados en el reporte están las murallas de concreto y metálicas construidas por Estados Unidos en la frontera sur para afrontar retos de seguridad, como la inmigración ilegal, el tráfico de drogas, la trata de personas y el contrabando de mercancías.
“Según la CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza), el objetivo principal del muro es obtener un control efectivo de la frontera, impedir y suprimir las persistentes actividades transfronterizas ilegales”.
Sin embargo, señala que el muro “ha demostrado ser una solución compleja, controvertida y muy costosa para complementar la habitual vigilancia fronteriza”.
Afirma que, en todo caso, si algo ha logrado el muro, es desviar a los migrantes ilegales hacia rutas alternativas, como túneles, cruces de ríos y zonas remotas.
El reporte sostiene que además de no ser la “fórmula mágica” que resuelve la crisis registrada en la frontera estadounidense, la valla tiene consecuencias negativas.
En lugar de murallas, aconseja, la UE puede gestionar mejor los flujos migratorios y proteger sus fronteras adoptando un enfoque integral y equilibrado, respetando al mismo tiempo los derechos fundamentales y preservando el medio ambiente.