El negocio de las fórmulas lácteas, valorado en más de dos mil millones de dólares al año en el país, está en el centro del debate a causa de una iniciativa de reforma para evitar su promoción en instituciones de salud pública.
La propuesta, cuyo objetivo es fomentar la leche materna, genera visiones encontradas debido a que en México no todas las empresas tienen horarios flexibles o cuentan con salas de lactancia y, según expertos, podría afectar la libre decisión de las mujeres a utilizar la fórmula láctea, ya sea por motivos de salud o laborales.
La iniciativa está pendiente de aprobación, pero de acuerdo con la diputada Lilia Aguilar Gil (PT), quien recientemente presentó una propuesta para permitir el transporte de leche materna en aviones, ninguna regulación debe restringir el derecho de toda madre a decidir qué tipo de alimentación quiere dar a su hijo.
Aguilar consideró que no se debe satanizar la alimentación con fórmula láctea, pues obedece a razones físicas, médicas o porque las licencias de maternidad no son tan largas.
“México está muy atrasado en iniciativas para obligar a los centros de trabajo a tener un lactario. En las entidades del Gobierno Federal donde estamos pregonando la inclusión o la equidad tampoco hay”, indicó.
La iniciativa se presentó a inicios de agosto en la Cámara de Diputados y plantea reformar el artículo 66 bis de la Ley General de Salud para prohibir a las personas físicas y empresas que se dedican al proceso o importación de fórmula láctea promover estos sucedáneos de leche materna en instituciones de salud pública.
También impide la entrega gratuita de fórmula láctea a médicos, técnicos o auxiliares de la salud, madres, sus familiares o cualquier persona, entre otras consideraciones, afectando las opciones de madres trabajadoras para alimentar a sus hijos.