En un pujante negocio, Nicaragua se transformó en una base aérea para recibir una gran cantidad de vuelos de Europa y América Latina y el Caribe con numerosos migrantes irregulares cubanos, haitianos, africanos y asiáticos que logran esquivar el paso por el Tapón del Darién y usan a Managua como punto de origen de su travesía terrestre a México y Estados Unidos.
Los cubanos deben pagar unos tres mil dólares por el boleto aéreo de ida y vuelta de Cuba a Nicaragua, pero a sabiendas de que jamás utilizarán el tramo de regreso porque, ya en Managua, emprenden de inmediato el viaje por tierra a Honduras y Guatemala, en el intento de proseguir a México y EE. UU.
Con un costo de 2 mil 400 dólares por persona para viajar en avión de Puerto Príncipe a Managua, de 16 a 23 vuelos al día llegaron a salir en esa ruta entre ambas capitales en una cadena controlada por operadores turísticos haitianos, según fuentes de Haití. El Gobierno de Haití los canceló el 30 de octubre pasado.
El fenómeno que colocó a Nicaragua como eslabón de una parte de la masiva movilidad humana, se inició con el puente aéreo desde Cuba en noviembre de 2021, cuando Managua flexibilizó las visas para los cubanos.
El subsecretario de Estado Adjunto de EE. UU. para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, advirtió anteayer en X (antes Twitter) estar “preocupado por informes de un aumento dramático en vuelos chárter (privados) con destino a Nicaragua que facilitan la migración irregular desde Cuba y otros lugares” a Estados Unidos.
“Nadie debería beneficiarse de la desesperación de los migrantes vulnerables (...) ni los contrabandistas, ni empresas privadas, ni funcionarios públicos, ni gobiernos. Estamos explorando toda la gama de posibles consecuencias para quienes facilitan esta forma de migración irregular. Seguimos instando al uso de vías seguras y legales”, alertó.
La maniobra se consolidó en el segundo semestre de 2023 con el transporte aéreo desde otras procedencias, como República Dominicana, Haití, Bulgaria y España en vuelos regulares y chárter.
Nicaragua, cuyos principales aliados regionales son los regímenes izquierdistas de Cuba y Venezuela, abrió los vuelos desde suelo cubano con una aerolínea del Estado venezolano.