Observar, escuchar y conectar para salvar vidas

En enero de este año, un estudiante se arrojó al vacío desde uno de los edificios de la Facultad de Medicina, en la UNAM. El joven era estudiante del segundo año de la carrera de Medicina y su vida terminó abruptamente. Tristemente, como la de este joven, hay millones de historias: personas que se quitan la vida en su escuela, en su trabajo, en su hogar, en el mismo lugar donde estaban con sus amigos, en el propio corazón de sus familias.

El suicidio es, de acuerdo con expertos, “la epidemia del siglo XXI”: la Organización Mundial de la Salud estima que, a nivel mundial, cada 40 segundos muere una persona a causa de suicidio. En México, esto se traduce a 23 personas por día, de acuerdo con datos del Inegi.

Los jóvenes de entre 15 y 29 años son los que más se suicidan. Por cada 100 mil jóvenes, 10.7 mueren por lesiones autoinfligidas. Y esta tasa aumentó tras la pandemia de covid-19, según estimaciones del Inegi.

En palabras del papa Francisco: “(…) el suicidio es una derrota para todos, pues implica una pérdida de la esperanza para quien lo hace y una falla en el cuidado y expresiones de amor de sus seres queridos. Prevenir el suicidio es posible, pero como toda epidemia, el erradicarla requiere de un esfuerzo conjunto. ¿Qué se puede hacer?”.

-Observar: pues de cada 10 personas que se suicidan, nueve habían advertido de forma clara sus intenciones. Por eso, es importante informarse y mantenerse al pendiente de las señales de alerta que emite una persona con tendencias suicidas.

Algunas señales de alerta son hablar de desesperanza o sentirse una carga, despedirse de amistades y familiares, cambios extremos de ánimo, desapego físico o emocional, al igual que hablar de querer morirse.

Escuchar: la escucha activa es muy importante cuando se trata de una persona con tendencias suicidas. Es importante demostrarle que se está dispuestos a escuchar sin juzgar y atender sus preocupaciones y necesidades. A veces, el simple hecho de hablar con alguien que realmente escuche hace la diferencia.

-Conectar: si bien escuchar puede hacer la diferencia, lo ideal es que una persona que piensa suicidarse tenga acompañamiento profesional (consejo médico, psicológico y/o psiquiátrico).

En México, existe el apoyo de la Línea de la Vida y del Consejo Ciudadano para la Seguridad y la Justicia. Son apoyos gratuitos, disponibles las 24 horas en los números 800-911-2000 y 55-5533-5533.

Este 10 de septiembre se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Todos pueden hacer frente a esta epidemia y, el primer paso, es hablar de ella.