Paternidad extendida, un pendiente nacional

Paternidad extendida, un pendiente nacional

La transformación de la paternidad en México enfrenta un obstáculo legislativo: mientras las mamás cuentan con 12 semanas de incapacidad por maternidad, los papás solo tienen derecho a cinco días laborables, según el Artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo.

Esta discrepancia perpetúa desigualdades de género y limita el derecho de los hombres a participar activamente en la crianza desde las primeras semanas de vida de sus hijos o hijas.

Con base en una encuesta aplicada a 15 mil 371 personas durante el primer trimestre de 2025, se encontró un sub-uso significativo de los permisos de paternidad frente a los de maternidad (46 % vs 72 %).

Esta diferencia no refleja una falta de interés paterno, sino las limitaciones estructurales que enfrentan los padres para involucrarse en el cuidado sin comprometer su estabilidad laboral.

Según la plataforma de empleos OCCMundial, el 23 % de los padres desconoce sus derechos a licencias laborales y el 35 % sabe que existen, pero no entiende en qué consisten.

La experiencia internacional demuestra los beneficios de las licencias paternas extendidas: en Noruega, la llamada “cuota paterna” garantiza que el 90 % de los padres tome licencia parental, mientras que en Suecia, cuatro de cada 10 papás reciben al menos tres meses de permiso antes de que el niño cumpla dos años.

Estos países nórdicos, reconocidos por Unicef como líderes en políticas favorables a la familia, han demostrado que cuando se ofrecen permisos equitativos y bien remunerados, los hombres responden positivamente.

Las mujeres con responsabilidades de cuidado dedican más de 675 horas anuales a traslados casa-trabajo-casa, comparado con las 250 horas de hombres sin responsabilidades de cuidado. Esta desigualdad genera una sobrecarga femenina que afecta no sólo su productividad sino su salud mental.

Según la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo 2019 (ENUT), las mujeres dedican 67 % del tiempo total de trabajo semanal a actividades no remuneradas del hogar, incluyendo cuidados, mientras los hombres participan mínimamente en estas labores.

La ampliación de las licencias paternas implica redefinir el rol masculino, tradicionalmente anclado a la función de proveedor económico único, lo cual también implica un estrés considerable para ellos.

Los estudios internacionales muestran que padres con licencias extendidas desarrollan vínculos más fuertes, participan más en cuidados a largo plazo y experimentan mayor satisfacción personal.

El impacto económico también es significativo. Las empresas con licencias de paternidad extendidas reportan mayor retención de talento, reducción del estrés laboral y mejora en la productividad.

México enfrenta un momento crucial. Mientras el Congreso de la Ciudad de México ha propuesto ampliar la licencia de paternidad a 45 días naturales con goce de sueldo, la legislación federal mantiene cinco días.

El camino hacia las licencias de paternidad extendidas requiere superar resistencias culturales y económicas, pero representa una inversión en el futuro de la sociedad del país.

Para lograrlo, se necesita haya más involucrados en la lucha a los hombres porque son ellos quienes ocupan seis de cada 10 posiciones de decisión en las empresas en el país. Conviene a todas y todos.