Pensando en clave urbana el AIFA

Restan menos de tres meses para que sea inaugurado el polémico Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Obra que probablemente tenga más detractores que entusiastas. Pero lo cierto es que la construcción continúa en marcha a pesar de las críticas en los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.

La principal de ellas y en la que quizás se han concentrado el mayor número de ellas sea su lejanía con el centro de la CDMX –aproximadamente 50km– y, por lo tanto, los elevados costos en transporte que deberán asumir sus futuros usuarios. Lo que provocaría un desincentivo para tomar vuelos desde esa terminal.

De acuerdo con el documento Effective delivery of large infrastructure projects: the case of the New International Airport of Mexico City (OECD, 2015), existen otros aeropuertos internacionales más lejanos de sus centros de ciudad o una distancia similar. Por ejemplo, el Tokyo Narita de Japón a 66km o el Incheon en Corea del Sur a 48km. Pero según información de Skytrax estos dos, en 2021 fueron calificados dentro de los mejores 10 aeropuertos de todo el mundo. Así es que, la lejanía en sí misma no será el factor que hará fracasar el AIFA.

Lo que sí podría acercarlo a una situación de este tipo será la dificultad para arribar a sus instalaciones. Particularmente por su cercanía a municipios y localidades caracterizadas por ser densas en términos urbanos. Ecatepec, Izcalli, Coacalco y Ojo de Agua median el trayecto de aquellos usuarios que desde la ciudad de México quieran llegar al aeropuerto. Se localizan en torno a los 22km de distancia de la obra; por sí solas concentran 3.3 millones de habitantes (casi un quinto de la población del Estado de México) y; presentan densidades de población elevadas que van desde los 3,490 hasta los 10,534 hab/km2 (INEGI).

Entonces la apuesta no recae exclusivamente en la entrega del AIFA para operaciones en marzo de este año, s ino que debería incluir terminadas las opciones de movilidad de transporte público, masivo y de bajo costo. Los 70 mil pasajeros que se prevé movilicen el Suburbano en su ampliación desde la estación Lechería a la obra (SCT) y los 24 mil que se pretende que el Mexibus transporte en su próximo tramo de la línea I, Ojo de Agua-AIFA (Sitramytem) serán claves si se pretende alcanzar las metas del nuevo aeropuerto.

Los 18 millones de pasajeros que se pretenden recibir para el primer año de operaciones no son poca cosa, equivalen a casi un 20% de los viajes tanto nacionales como internacionales registrados en todo el país antes de la pandemia (97 millones de pasajeros en 2018 y 102 millones en 2019 de acuerdo con la SCT). Lo que en contribución al PIB en 2018 se tradujo a 46 mil 800 millones de dls por turismo, actividades directas, indirectas e inducidas (ATAG).

Por lo tanto, la fase dos para la ampliación del Suburbano (para que trabaje en dos vías) y la que corresponde a las líneas del Mexibus I y IV (los tramos Ojo de Agua-AIFA y Tecamac-AIFA) deben de iniciarse los más pronto posible si se quiere que contribuyan a la recuperación de la economía nacional postpandemia al permitir el tránsito de los futuros usuarios de forma fluida y masiva hacia el nuevo aeropuerto.