La diputada federal del Partido del Trabajo (PT), Diana Karina Barreras Samaniego, dio por cerrado el capítulo que derivó en la resolución del TEPJF donde se obligó a la ciudadana Karla María Estrella Murrieta a disculparse públicamente en su perfil de red social durante un mes por haber incurrido en presunta violencia de género contra la legisladora.
El hecho se volvió tendencia cuando usuarios apoyaron a Estrella e hicieron memes con el término “dato protegido”, como se refería a Barreas en el texto que postea cada día.
El caso surgió cuando Karla María Estrella Murrieta, ciudadana de Hermosillo, publicó en la red social X comentarios que, según el Tribunal, atribuían los logros políticos de Barreras a la intervención de una figura masculina, reforzando estereotipos de género.
Al respecto, la diputada federal aseguró que la primera vez que se ofreció una disculpa, para mí fue suficiente. Ni siquiera necesitaba que fuera pública; lo que realmente me importaba era el reconocimiento de la vulneración que sentí.
“Lo que se dijo sobre mí jamás se habría dicho de un hombre. Históricamente, el argumento de que los logros de las mujeres son producto de “estar casadas con alguien” se ha utilizado para invisibilizar nuestros méritos, nuestro trabajo y nuestras trayectorias”.
Creo firmemente en la libertad de expresión, pero también creo con la misma convicción en el derecho de todas y todos a vivir una vida libre de violencia, dijo la diputada en sus redes sociales.
“En un mundo donde las redes sociales amplifican lo emocional, iremos aprendiendo juntos cómo compaginar estos dos derechos. Abramos el diálogo, construyamos espacios de entendimiento y encontremos formas de convivencia donde todas y todos nos sintamos respetados.
“Mientras eso sucede, quiero decirles que también creo en la capacidad de reconocer, de rectificar y de aprender. Por ello, solicito al tribunal que considere lo que hoy expreso públicamente”.
“Si bien agradezco que se haya reconocido que esto constituyó violencia política en razón de género, coincido en que desde la primera disculpa el agravio quedó saldado”, señaló.
“Cierro este capítulo desde la serenidad de quien sabe que actuó con convicción y respeto. Lo cierro con la tranquilidad de haberme defendido sin agredir, con los medios legales que la ley me otorga; de haber puesto un límite sin renunciar al diálogo. Y lo cierro, también, reafirmando un compromiso que me nace del corazón: seguir trabajando, desde donde me toque, para que ninguna mujer —sin importar su historia, su origen o su camino— tenga que vivir violencia de ningún tipo. Ni física, ni verbal, ni simbólica”, concluyó.