Concebido en 1998, diseñado en 1999 y ejecutado de 2000 a 2016, el Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado (Plan Colombia) significó el mayor involucramiento político, militar, financiero y de inteligencia de Estados Unidos en América Latina y el Caribe en el siglo XXI, en una ofensiva contra las estructuras del narcotráfico insertadas en la guerrilla comunista, el paramilitarismo anticomunista y la delincuencia organizada de ese país.
A 23 años del inicio del Plan Colombia y más de siete de su final, las posibilidades de reproducir en México en 2023 una iniciativa similar enfrentaron una duda: ¿quedó Colombia como ejemplo o modelo internacional para atacar y derrotar a las mafias del contrabando de estupefacientes y sus aparatos afines o paralelos?
Luego de que EE. UU. gastó unos 15 mil millones de dólares en atacar a narcotraficantes, insurgentes, paramilitares y criminales, Colombia se afianzó en 2023 como principal productor mundial de cocaína: en el mercado global, hoy hay más toneladas de esa droga surgida de laboratorios clandestinos colombianos que en 2000.
Pactada por los entonces presidentes de Colombia, Andrés Pastrana (1998-2002), y de Estados Unidos, William Clinton (1993-2001), la iniciativa buscó esencialmente reducir en 50 % el área de cultivos de hoja de coca, materia prima de la cocaína, y de amapola, base de la heroína.
“El Plan Colombia tuvo aspectos positivos. Fortaleció la capacidad de la justicia y de la Fuerza Pública (militar y policial). A veces se reduce el plan a una estrategia contra cultivos ilícitos. Eso fue lo menos efectivo y menos importante”, adujo el economista colombiano Jorge Restrepo, director del (no estatal) Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, de Bogotá.
El gobierno colombiano y las ahora disueltas guerrillas comunistas de las FARC firmaron en noviembre de 2016 un acuerdo de paz que entró a regir en diciembre de ese año y terminó con 52 años de conflicto bélico. Pero la paz quedó incompleta ya que la guerrilla comunista del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se sublevó en 1964, todavía en 2023 está en guerra y acusada de involucrarse en el narcotráfico.