Después de haber pasado por un largo periodo de «precampañas» y otro también muy largo de lo que se ha dado en llamar «intercampañas», por fin, el pasado jueves, dieron inicio formalmente las campañas de los candidatos a ocupar la Presidencia de la República para los próximos seis años.
¿Qué se debe esperar de las campañas? Uno de los elementos característicos de las democracias modernas es la capacidad de otorgar información a los ciudadanos con el fin de que conozcan, de manera crítica e individual, quiénes son y qué proponen los candidatos que contienden en una elección. La esencia de la democracia es que el ciudadano de a pie sea quien decida con el sufragio qué gobierno quiere y heredará.
Una de las herramientas democráticas que más pueden contribuir a tener una ciudadanía más informada son los debates entre candidatos. Afortunadamente, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) ha acordado para esta campaña la realización de tres debates entre los candidatos a la Presidencia de la República.
Los debates contribuirán a fortalecer las instituciones y cultura democráticas. De ahí, del contraste abierto y plural de ideas, deberá surgir la información que los ciudadanos demandan antes de tomar una decisión.
Sería deseable construir un círculo virtuoso: por un lado, los partidos y los candidatos cumplen con su obligación de presentar propuestas sólidas y claras a la ciudadanía, y, por otra parte, los ciudadanos, hombres y mujeres con credencial para votar, se responsabilizan de conocer las propuestas, de compararlas y contrastarlas, así como analizar las trayectorias de los candidatos, saber qué hicieron y qué dejaron de hacer y cuál es su opinión sobre los problemas más importantes que se tiene como país. Como se puede apreciar, y qué bueno que así sea, la mayor parte de la responsabilidad recae en el ciudadano.
Faltan menos de tres meses para la jornada electoral. Ahora hay un ambiente más polarizado y tenso. Las campañas negras y las descalificaciones están a la orden del día. Si se aspira a ser una sociedad más educada en lo político, resulta obligado que, a los mexicanos, en lugar de ataques y descalificaciones, den la oportunidad de conocer las ideas, las propuestas, algunos de sus proyectos y cómo esperan sacarlos adelante.
El proceso electoral en curso vivirá su momento culminante el 2 de junio, día en que se llevará a cabo la elección más grande de la historia. Además de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, se van a renovar más de 20 mil cargos de elección popular en ámbito local.
Finalmente, las campañas deben servir para tener una ciudadanía más y mejor informada que coloque la vara muy alta a partidos y candidatos. Es mucho lo que está en juego el 2 de junio. El electorado quiere un mejor futuro y sabe que la clase política le ha quedado a deber.
Se hace votos para que candidatos, partidos y autoridades electorales estén a la altura de la vara ciudadana. De ser así, más allá de quién resulte ganador, la democracia saldrá fortalecida y México tendrá cimientos firmes para ser mejor y más próspero para nosotros y para nuestros hijos.