Nos comentan que a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador había dejado entrever que podría subirse este lunes al avión presidencial TP-01 para conocerlo, a última hora decidió que no.
Nos señalan que a pesar de que la semana pasada había declarado que “a lo mejor me subo al avión para conocer la vida antes del cambio”, el mandatario informó ese lunes en conferencia de prensa que mejor no.
Esto, nos aseguran fuentes oficiales, se debe a que el mandatario aseguró en campaña y ya como titular del Ejecutivo federal que no se subiría por nada del mundo al “José María Morelos y Pavón», por lo que hacerlo le hubiera acarreado críticas por no haber respetado su promesa. Así que ese capítulo le faltó al show.
“A lo mejor si le hubieran puesto Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz, Carlos Salinas de Gortari, tendría más apego a la realidad”, criticó López Obrador en conferencia de prensa en el Hangar Presidencial.
Lo que sí es seguro, nos indican, es que no pasa del mes de agosto de este año en que se concrete la venta del avión presidencial y sea, por fin, el final de una telenovela que duró más de dos años y que mucho ha servido para distraer la atención de temas verdaderamente relevantes.
El capítulo final del culebrón será cuando en las pantallas aparezca la palabra FIN mientras la aeronave se pierde en el cielo luego de ser entregada a su nuevo dueño.