¿Qué sigue después del 8 y 9?

La multitudinaria marcha del pasado domingo por el Día Internacional de la Mujer, en la que miles de mujeres salieron a la calle a decir «ya basta», y el exitoso paro de mujeres un día después, son dos hechos que seguramente pasarán a la historia de nuestro país. La magnitud de la marcha y los millones de mujeres que participaron en el paro, se corresponden con el tamaño de la indignación que ha provocado el desdén de las autoridades, que no parecen entender la gravedad de lo que está sucediendo en el país con el tema del feminicidio y la violencia en contra de las mujeres.

Hay varias cosas que han quedado claras con lo que vivimos los días 8 y 9. Por una parte, pudimos constatar que las mujeres constituyen el sector más dinámico y combativo de la sociedad; seguramente, su decisión y valentía será el motor que habrá de transformar el complicado entorno en el que les tocó vivir. Debe ser el inicio de una lucha que dará frutos.

Por otra parte, ha quedado demostrado que es esa indignante impunidad que padecemos la que ha sacado a tantas mujeres a la calle y ha puesto en vilo al país. De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en México son asesinadas entre nueve y diez mujeres cada día. Si a esto agregamos que de acuerdo con cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el 89% de los asesinatos que se cometen en México quedan impunes, es más que evidente que estamos ante un grave problema.

El otro tema es que no hemos podido erradicar estereotipos tan despreciables como el machismo; sigue siendo una cultura muy acendrada en distintos círculos sociales de nuestro país. Muchas mujeres son víctimas de agresiones de todo tipo sólo por el hecho de ser mujeres, y a la luz de los ciudadanos, la autoridad no está haciendo nada para castigar a los autores de feminicidio y a los victimarios de violencia en contra de mujeres.

¿De qué le ha servido a las mujeres de nuestro país la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aprobada en el 2007? Lo menos que podemos decir es que es letra muerta. Queda claro que no es un asunto de leyes. Podemos tener la mejor ley pero, de nada sirve si la autoridad no la aplica o no actúa para prevenir.

Es cierto también, que para erradicar la violencia en contra de las mujeres se deben atender todas sus formas, pues es un problema social que afecta los espacios vitales de hombres y mujeres y que se origina de un aprendizaje en el hogar, en la escuela, a través de los medios de comunicación y en la calle. En la medida en que hombres y mujeres aprendan, desde la más temprana edad y con el ejemplo en la familia, que existen formas no violentas de resolver los conflictos, podrán rechazar la violencia en la escuela, en el trabajo y en su vida cotidiana.

Nunca en la historia del país había existido una movilización tan grande como la del pasado domingo y menos un paro de labores como el del lunes. Se celebra el valor y la decisión de quienes participaron. Tiene que ser el inicio de algo importante para México. Las autoridades tienen que cambiar y aceptar que se trata de un movimiento que lucha por una causa justa: el cese de la violencia en contra de las mujeres y que todas las mujeres en México reciban un trato digno y en condiciones de igualdad.

Con todo y lo emocionante que fue lo que vivimos el domingo y lunes, es triste constatar que para el gobierno pareciera que no pasó nada. Es probable que la lucha aun sea larga y difícil. Una lucha que se debe dar en el hogar, en la escuela, en las redes sociales. Es una batalla cultural y civilizatoria que las mujeres tienen que ganar con el apoyo de todos.