Las místicas criaturas, entre las que sobresalen los burros con alas, gallos con cuernos de toro, armadillos con cabezas de cocodrilo y ranas con cabezas de dragón, son un imán para las personas de todas las edades ávidas de plasmar su toque particular en estos seres de cartón.
Se trata de los alebrijes potosinos, a los que sus creadores han dado un plus: son rodantes.
Los alebrijes sobre ruedas nacen en “Anambre, una Casa Creativa”, empresa-taller constituida por los artistas plásticos Humberto Roque y Liz Mireles.
Se venden en dos modalidades: ya acabados o en paquetes, para que el cliente pueda armarlo y decorarlo a su gusto. Las piezas varían entre los ocho y 18 cm de alto, y el precio promedio de las piezas va de los 100 a los 300 pesos.
“Anambre ofrece una experiencia, ya que a través del taller la gente ve el alebrije, lo pinta, se lo apropia, a pesar de ser una figura hecha en serie, la vuelve personal y artesanal, le mete mano y ya no queda igual al otro; ese es el punto y la fortaleza de nuestro producto”, comenta Liz Mireles.
Por su parte, Humberto platica que los alebrijes tradicionales utilizan alambre en su estructura, material que él cambió por MDF, un aglomerado de papel y madera. Es decir, utilizó la MDF en lugar del alambre, y de ahí nació el nombre de Anambre.
Relata que desde sus años en la universidad tuvo un acercamiento con el arte popular, que aunado a su afición por el dibujo y la pintura, lo llevó a especializarse en la cartonería.
Comercialización
Para crear una empresa de alebrijes, Humberto se asoció con Liz Mireles, encargada de las relaciones públicas y de darle diseño y presentación a cada una de las piezas para comercializarlas, incluso a nivel mundial.
Entre los dos buscaron la forma de producir los alebrijes en mayor número, sin perder su diseño original, lo lograron con la herramienta del corte láser.
“Hemos luchado contra artesanos tradicionales, ellos consideran que no es arte porque los cortes son con láser, pero no puedes seguir siendo romántico cuando te enfrentas al problema económico”, dice Humberto.
El esfuerzo de varios años obtuvo su recompensa cuando Anambre presentó su propuesta de trabajo en la Bienal Nacional de Diseño, que realizó el Instituto Nacional de Bellas Artes, en la categoría de Desarrollo Económico y Comercial, con piezas fuera de lo que es el alebrije tradicional, e incorporando la rueda como elemento adicional para hacerlo rodante, lo que le valió un segundo lugar y la posibilidad de que más personas pudieran conocer un trabajo realizado.
Con este paso, el trabajo creativo de Humberto pudo abrir la puerta hacia la Bienal Latinoamericana de Diseño, realizada en Madrid, España.