Fuerzas de Estados Unidos y afganas fueron blanco de “fuego directo” en el este de Afganistán, aseguró un portavoz militar estadounidense en el terreno, en un hecho que aún es confuso.

“Una fuerza combinada estadounidense y afgana que realizaba una operación en la provincia de Nangarhar fue atacada por fuego directo este 8 de febrero. Estamos evaluando la situación”, dijo el coronel Sonny Leggett, en un comunicado.

Ningún grupo reivindicó por el momento el ataque, ocurrido en el cuartel militar del distrito de Shirzad.

Una fuente de seguridad local informó a la AFP que “un soldado afgano abrió fuego” contra soldados estadounidenses, y que “los disparos y los combates continuaron durante mucho tiempo”.

Un funcionario afgano declaró, bajo anonimato, que “varios helicópteros aterrizaron y salieron del complejo del cuartel general causando bajas. No sabemos cuántos muertos o heridos”, dijo a la AFP.

El último incidente se produce en momentos en que los negociadores de Estados Unidos y los talibanes tratan de llegar a un acuerdo que permita a Washington retirar de Afganistán a miles de soldados después de más de 18 años de guerra.

El año pasado fue el más mortífero para las fuerzas estadounidenses en Afganistán, desde que las operaciones de combate finalizaron oficialmente a finales de 2014.

En diciembre, talibanes infiltrados entre los militares afganos mataron a nueve soldados afganos en el centro de Afganistán.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró el pasado martes durante el discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso su promesa de retirar las tropas de Afganistán.