Con “cacerolazos”, propietarios de restaurantes, cocinas económicas, fondas y negocios dedicados a la venta de comida, así como meseros, lavaplatos, cocineras y empleados que dependen de esas actividades, realizaron una protesta frente al palacio del gobierno del Estado de México para que las autoridades mexiquenses les permitan reabrir sus establecimientos.

Además de hacer sonar cacerolas, sartenes y utensilios que emplean en sus comercios, los miembros de la industria restaurantera del Estado de México exhibieron pancartas para hacer un llamado de auxilio. “¡Nos están extinguiendo!”, “¡Ya no podemos más”!, “Menú del día: abrir o morir” y “Los restaurantes son fuente de trabajo, no de contagio”, fueron algunas de las consignas que mostraron.

Vestidos con ropa color negro, protegidos con cubrebocas y caretas, aproximadamente 500 inconformes se reunieron en las inmediaciones de la sede del gobierno estatal para después trasladarse a la avenida Sebastián Lerdo de Tejada, donde efectuaron una manifestación.