Tan solo 24 horas después del espectacular robo de las joyas de la corona francesa en el museo del Louvre, los ladrones siguen libres y los invaluables objetos robados sin aparecer. Y aunque los delincuentes no tocaron la vitrina más valiosa de la galería de Apolo, la que contiene el famoso diamante el Regente y la corona de Luis XV, llegó la hora de los pases de factura.
“Sin ninguna, duda hemos fracasado”. La confesión de Gerard Darmanin, ministro de Justicia y ex esponsable de la cartera del Interior, este lunes en la radio, refleja el sentimiento de toda una administración que debe hacer frente a la indignación de los franceses.
Los franceses exigen respuestas lo antes posible. Sin contar con que la inexplicable facilidad con que los ladrones entraron y salieron de una de las salas más importantes del museo, símbolo de la capital de Francia.