A 57 años de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el Comité Pro Libertades 68 salió a las calles a denunciar que la represión contra la libertad de manifestarse se mantiene pese a los cambios de gobierno ya que en todo el país, y el mundo, las autoridades hostigan, persiguen, acosan y castigan a quienes protestan contra un presente violento.
“¡No fue una matanza, fue un genocidio!”, aseguró Félix Hernández Gamundi, al advertir que los responsables de la Noche de Tlatelolco siguen sin ser juzgados por sus crímenes por la protección de las mismas personas que han criminalizado al movimiento.
La movilización salió del Eje Central, al lado del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU). La encabezó el Comité Pro Libertades 68, cobijado por sus familiares.
Atrás de ellos marcharon madres buscadoras, luego familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y más atrás estudiantes de diferentes universidades del país.
También los acompañaron encapuchados, que se identificaron como “Bloque Negro” y “Jóvenes Anarquistas”.
Encapuchados y elementos de seguridad de los agrupamientos Zorros y Ateneas se confrontaban en la parte oeste del Zócalo con el lanzamiento de cohetones explosivos y artefactos de fabricación casera que lastimaron los ojos, manos, brazos y piernas de manifestantes y policías.
En consecuencia, los autodenominados “Jóvenes Anarquistas” se fueron sobre los asistentes y los equipos de comunicadores que laboraban en el lugar.
Dan de alta a 78 policías heridos
Por lo anterior, la Secretaría de seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México (CDMX) informó que 78 policías que habían sido hospitalizados tras los actos violentos en la marcha del dos de octubre ya fueron dados de alta.
La tarde del jueves dos de octubre un total de 94 policías fueron hospitalizados en distintas clínicas para una atención especializada.
Aún hay 16 efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) que están internados en algún nosocomio bajo observación.