Salud

Durante la XXIX Reunión del Comité Nacional de Guías de Práctica Clínica, en el centro del país, se presentó la Guía de Práctica Clínica Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Infección por el Virus de Chikungunya, dirigida a profesionales de la salud para que cuenten con información sobre el cuadro clínico, las pruebas diagnósticas que se deben realizar y el tratamiento farmacológico a seguir. Este instrumento favorece la toma de decisiones basadas en evidencia científica, lo que contribuye a elevar la calidad y efectividad de la atención médica.

La Secretaría de Salud informó que el documento describe las manifestaciones clínicas de las tres fases del padecimiento y detalla aspectos particulares de la atención de pacientes neonatos, niños, adultos y adultos mayores. Su realización estuvo a cargo de un grupo multidisciplinario de médicos de primer contacto, internistas, infectólogos, pediatras, reumatólogos y un epidemiólogo.

Por otra parte, en días pasados, la Secretaría de Salud de Chiapas llevó a cabo el simposium Fiebre chikungunya: diagnóstico y manejo, con asistencia de la Organización Panamericana de la Salud, para fortalecer la capacidad de respuesta en la atención.

Personal de salud de los sectores público y privado actualiza así conocimientos, habilidades y destrezas sobre el virus y su interacción inmunológica, su diagnóstico clínico, por laboratorio y diferencial, así como el abordaje de la enfermedad en la mujer embarazada, el recién nacido, el adulto mayor y el paciente con otras enfermedades.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, la chikungunya es una enfermedad emergente y reemergente, es decir, que se presenta por ciertos lapsos. Ante esto ha destacado la necesidad de que todos los sectores se involucren en la lucha contra la pandemia, al considerar que por la alta distribución de los mosquitos transmisores Aedes aegypti y Aedes albopictus, la susceptibilidad aumenta. Por eso se ha insistido en que es determinante la participación de la población, los municipios y los sectores social y educativo para impactar en la disminución de la incidencia y en la reducción del riesgo de transmisión, con acciones como la eliminación de criaderos y abatización.

Para limitar la dispersión y la transmisión se debe incentivar la procuración de entornos saludables, y la orientación de la acción comunitaria con promoción de la salud.

Por lo anterior se da por hecho que hay infraestructura médica capaz no solo de hacer diagnóstico, sino de dar tratamiento y manejar esta situación. Sin embargo, hay escepticismo que argumenta un surgimiento de presuntos casos.

En la campaña contra el dengue y la chikungunya es importante la difusión constante de información para estar en condiciones de hacerles frente. Es necesario además reunir todos los esfuerzos posibles y continuar con el trabajo sanitario.

Pero además, el diagnóstico debe ser producto de evidencia científica de laboratorio. Se destaca lo anterior porque ha comenzado a surgir cierta suspicacia, en específico, sobre lo que se refire a chikungunya. Se dice que en la zona central de la entidad, como en su momento se vivió en el Soconusco, se está dando un autodiagóstico, es decir, si a alguien le parece que ha contraído el virus, no tendría dificultad en hallar el certificado médico respectivo, ignorándose si medió en eso la respectiva prueba de laboratorio. Por eso tal vez el diagnóstico sobre eso en específico deba estar sujeto a revisión.

Actualmente en el Soconusco, la zona de mayor incidencia, se registran poco más de 227 casos confirmados de chikungunya con estudios de laboratorio, y tres mil 743 casos probables. A nivel estatal, de acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría estatal, cuatro mil 110 casos sospechosos y 410 confirmados.