Sedena abastece al país con chalecos antibalas
La fábrica está certificada ante la entidad mexicana de acreditación en el método de prueba de la Norma Oficial Mexicana 166.

Con tres kilogramos menos en el cuerpo los movimientos son más ágiles, hay menor cansancio al finalizar el día y se obtiene mejor rendimiento entre los militares, sin perder seguridad. Ese es el resultado de la investigación de ingenieros militares, con el descubrimiento de nuevos materiales y los avances tecnológicos para contar con innovadores chalecos blindados en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

El jefe de la fábrica de artículos de campaña de la Secretaría, Noé Samperio Padilla, destacó que además de haber disminuido 21% el peso de los chalecos y de que ahora son más confortables, se estudia la posibilidad de agregar un blindaje más a los costados de esas piezas, para dar mayor protección.

Los chalecos que fabrica el Ejército cumplen con los más altos estándares de calidad, a diferencia de otras marcas en el mercado que no están certificadas, no cumplen con los niveles de seguridad y ponen en peligro la vida del usuario, afirmó Samperio Padilla.

Otro avance es que en este momento se analizan nuevas playeras de fibras sintéticas que absorben el sudor y hacen que se evapore rápidamente, como las que se usan en varios deportes, a fin de que los soldados estén frescos y no se agoten, “porque con el chaleco puesto se suda todo el tiempo.

“Son playeras de manga larga con el diseño de la ropa oficial, que va abajo del chaleco, y simula ser la prenda tradicional, pero aún están en análisis porque también deben tener resistencia para uso rudo y estar echas con materiales de larga duración”, adelantó el ingeniero industrial.

La investigación aplicada en los chalecos empieza en el laboratorio de pruebas balísticas, el único certificado en América Latina, localizado en Iztapalapa, Ciudad de México.

Este año la producción será de 5 mil 500 chalecos color selva, 3 mil 100 color azul aéreo y 550 color desierto para la secretaría, pero el complejo de 11 fábricas de la Sedena va a producir 4 millones de artículos, entre uniformes, playeras, botas, cascos, chalecos y gabinetes.

La fábrica

El siguiente paso es trasladar el blindaje a la fábrica de artículos de campaña. Ahí un grupo de soldados, mujeres y hombres, hace los chalecos para el Ejército y, en convenios interinstitucionales, para algunas corporaciones policiacas, por ejemplo: para la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, el Gobierno de Puebla, el SAT y en años anteriores también para la Policía Federal, la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos.

“Lo que hacemos en esta sección es fabricar el contenedor, es donde vamos a meter el material balístico. La línea de producción inicia cuando recibimos el corte. La tela debe tener ciertas dimensiones y características, y la dividimos en dos partes, la delantera y la trasera.

Los blindajes

Los chalecos antibalas de nivel 2A y 3A son para protección contra armas cortas; el nivel 3 y 4 protege contra armas largas; el 3 es adecuado para protegerse contra un fusil Ak-47, y el 4, incluso, detiene un calibre 30 con munición perforante. Tanto la NOM como la NJ establecen los mismos niveles de protección, de acuerdo con la información oficial.

Para los chalecos hasta nivel 3A se utiliza material flexible, polietileno de alta densidad unidireccional de alto peso molecular, que puede detener hasta calibre 44 mágnum, el más potente de las armas cortas, destacó Samperio.