El Programa Sembrando Vida ha contribuido a mejorar las condiciones de vida de las personas beneficiarias fomentando la generación de oportunidades de empleo en el cultivo de sus tierras y la adopción de nuevas tecnologías, producto de la asesoría y acompañamiento del personal técnico, advierte la evaluación realizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El Programa Sembrando Vida, a cargo de la Secretaría de Bienestar, comenzó a operar en el 2019 con el objetivo de contribuir al bienestar social de personas sembradoras a través de acciones dirigidas a conseguir la autosuficiencia alimentaria, la reconstrucción del tejido social y la recuperación del medio ambiente.
El apoyo económico mensual que otorga el Programa aumenta el poder adquisitivo de las personas beneficiarias y sus familias, contribuyendo a la mejora de su alimentación. Sin embargo, para personas beneficiarias en condiciones de mayor vulnerabilidad y pobreza se identificaron factores que limitan este efecto, tales como el número de integrantes del hogar y menores fuentes de recursos complementarios a los apoyos del Programa, destaca la evaluación del Coneval.
Los especialistas advierten que fenómenos naturales, como las sequías e inundaciones, y sociales, como la delincuencia, inciden en la magnitud de los efectos del Programa, ya que inducen a las personas beneficiarias a abandonar el uso de sistemas agroforestales e incluso sus unidades de producción.