Serenidad de Sheinbaum en su ejercicio de poder

Serenidad de Sheinbaum en su ejercicio de poder

El día primero de septiembre la presidenta Sheinbaum rendirá al pueblo de México su primer Informe de Gobierno.

La administración pública federal trabaja textos y guiones que analizan todo lo actuado.

Ante un contexto geopolítico complejo y adverso, el liderazgo racional y sereno de la presidenta Sheinbaum nos ha permitido sortear los desafíos.

Ha dado prueba sobrada de ser una mujer disciplinada, analítica y firme en su toma de decisiones, las pasiones las tiene controladas y los posicionamientos ideológicos mesurados.

Su biografía política se posiciona al lado de Andrés Manuel López Obrador, el líder social del viejo siglo hecho presidente.

Lo conoció, trabajó para él, ganó su confianza, mostró lealtad inquebrantable y triunfó en la difícil disputa interna por el poder.

Con esa misma paciencia, con esa mirada agudeza emocional e intelectual, con esa inteligencia serena recrea el reconocimiento y beneplácito del presidente Trump.

La relación bilateral más importante y complicada en el mundo se tiene con los Estados Unidos, para ellos se le provocan dolores de cabeza y también alianzas, apoyos y soluciones viables.

Avanzan los entendimientos con los estadounidenses, conocen más las buenas intenciones por construir una vecindad segura y en crecimiento; sí, la Dra. Sheinbaum pulsa y articula las agendas hacia una paz regional.

El estilo sereno, estratégico, planificadamente defensivo y a la vez eficazmente persuasivo en los encuentros telefónicos privados de la Dra. Sheinbaum con el presidente Donald Trump, ha logrado para México, por un lado, que se atempere el tiempo revolucionario del mandatario estadounidense -intempestivo, impaciente, frontal- y por el otro, que se disemine en golpes de confrontación mediática, el tiempo impaciente y presto a la intervención y violación soberana de México de una parte del gabinete presidencial de Trump convencido de que hay que dar lecciones a México.

Es muy interesante que hasta ahora, las propias decisiones y capacidad de contención interna de las convicciones y planes intervencionistas de su gabinete, sea el propio Donald Trump quien las haya contenido.

Mientras la Dra. Claudia Sheinbaum ha logrado sortear eficazmente que se nos impongan los términos de las garras del tiempo y la dominación trumpiana -que dicho sea de paso ya se daban por asumidas las consecuencias impredecibles sobre la política y la economía del país- el reloj de curso impredecible en la naturaleza e impredecibilidad de las decisiones de una presidencia que se agolpa en la geopolítica del más fuerte y que alardea su entraña asimétrica sobre México, sigue su curso.

Debe subrayarse pues la confianza del legado de la Dra. Claudia Sheinbaum anudado con el expresidente AMLO y el pragmatismo de comprensión de las realidades y prioridades personales de Trump en función de la lectura acuciosa del contexto del presidente estadounidense.

Pronto, el primero de octubre, la presidenta cumplirá un año al frente del timón de la nación, sorteando vendavales y turbulencias inesperadas con una calificación aprobatoria, su intenso trabajo rinde frutos.

Impecable el poder de influencia de la titular de la Secretaría de Gobernación, discreto y secreto, pero con la firmeza de su mano en la conducción de la política interior del país.

Rosa Icela Rodríguez Velázquez es el puente leal y real entre dos mundos.